Aunque han pasado más de cinco años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia por el virus Sars-COV-2 el 11 de marzo de 2020, el Covid-19 está experimentando un importante repunte en varias partes de Asia, lo que ha encendido las alarmas en la región.
En Tailandia, se registraron 76.161 nuevas infecciones y 40 muertes adicionales entre el 24 de mayo y el 14 de junio, siendo Bangkok la ciudad con más casos, seguida por otras regiones como Chon Buri y Chiang Mai.
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El Gobierno atribuye este brote a factores como la temporada de lluvias, las mutaciones del virus especialmente las subvariantes de Ómicron como JN.1, KP.2 y KP.3, la disminución de la inmunidad poblacional y la relajación de las medidas preventivas.
El doctor Thira Woratanarat, de la Universidad Chulalongkorn, destacó que la COVID-19 en las últimas cuatro semanas causó 116 muertes, cifra que supera ampliamente a la de la influenza estacional, y cuestionó la minimización oficial de la gravedad del brote.

COVID-19 vuelve a dispararse en Asia
Por su parte, Singapur y Indonesia también reportaron incrementos notables en casos y hospitalizaciones, con diferentes variantes dominantes en cada país.
En India, el número de casos activos mostró una leve disminución, aunque continúan preocupando las subvariantes emergentes como JN.1.16 y la variante recombinante XFG.
En Europa, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) informó un ligero aumento en la circulación del COVID-19, aunque con casos leves y una actividad general baja.
Esta situación subraya la necesidad de mantener la vigilancia y reforzar la prevención en una etapa donde el virus continúa adaptándose y afectando a distintas regiones del mundo.