La urología en la era del coronavirus

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Estamos viviendo una convulsión social solo comparable a la sufrida con la irrupción del SIDA, donde el miedo al padecimiento de aquella infección vírica conducía a una estigmatizada muerte, solo evitable eliminando toda relación sexual de riesgo. 

En la actualidad no tenemos tan bien definidas las conductas de riesgo ya que cualquier contacto con un individuo infectado, sin relación sexual, sin besos ni otra expresión de relación de amor, simplemente con el contacto físico, o la manipulación de objetos contaminados o las microgotas del aparato respiratorio, pueden ser suficientes para desarrollar la enfermedad.

La urología es una especialidad que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de todas las enfermedades del aparato urinario de ambos sexos y del reproductor masculino, abarcando riñón, suprarrenal, vejiga, próstata, genitales externos y todo el retroperitoneo. 

El área de dedicación es muy amplia y la prevalencia de muchas de sus patologías es muy alta. Por ejemplo, la litiasis renal conocida como cálculos, la incontinencia urinaria, las infecciones de orina o la hiperplasia benigna de próstata, entre otras. Los tumores son muy frecuentes, estando entre los 7 más prevalentes en el hombre, como son el de próstata, el de vejiga y el de riñón.

El COVID-19 nos ha obligado a modificar nuestra forma de tratar a los pacientes.

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El COVID-19 nos ha obligado a modificar nuestra forma de tratar a los pacientes. Factores como la presencia del virus en las heces, la infrecuente presencia en orina o la implementación de métodos rápidos de esterilización viral en las salas de endoscopia han conducido también a la suspensión temporal de diversas exploraciones relevantes para el diagnóstico y seguimiento de patologías urológicas como las cistoscopias, las biopsias de próstata o las ecografías urológicas no urgentes.

La protocolización de nuestra actuación ha sido fundamental para aumentar la eficacia y minimizar los riesgos inherentes a una mala práctica médica que llevaría a la expansión de la enfermedad. 

La coordinación de todos los recursos hospitalarios ha establecido claramente el circuito de nuestros pacientes para ser estudiados, diagnosticados y tratados con la realización del preceptivo test PCR inmediatamente antes de ser intervenidos. 

De este modo, dependiendo del resultado de esta prueba, o bien de la urgencia de la enfermedad del paciente, la asistencia quirúrgica será en el quirófano adecuado COVID o no COVID, con todas las medidas de protección determinadas.