Esto le pasa a tu cuerpo cuando dejas de fumar

cigarrillo

La mayoría conocemos que el funcionamiento del organismo varía de acuerdo diversos factores un ejemplo de ello es el cigarrillo

Este mal hábito es muy fácil de incorporar, pero muy difícil de dejar, sin embargo, ninguno es imposible y hacerlo le hará más que bien a tu cuerpo.

Si lo decides hacer por tu cuenta, notarás ansiedad a consecuencia del gran componente adictivo de la nicotina. Además, la intensa dependencia física, social y psicológica provocan que las primeras semanas tengas síntomas tantos físicos como mentales. En el intento de dejarlo, muchas personas fracasan y eso si es perjudicial para su salud.

Según especialistas de la salud, los síntomas que una persona en abstinencia puede sentir son: irritabilidad, somnolencia, fatiga, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, aumento de peso y urgencia de fumar. El punto más crítico donde uno puede sentir esto es entre las 24 y 48 horas después del último cigarrillo, hasta que disminuyan en un periodo de dos a cuatro semanas.

Sin embargo, el dejarlo significa un gran logro para la salud, permitiendo grandes beneficios que a continuación te detallamos:

A los 20 minutos: Bajan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La temperatura de manos y pies regresan a rangos normales.

A las 12 horas: El monóxido de carbono en la sangre se reduce al valor normal.

1 día: Los niveles de ansiedad llegan al máximo y tomará dos semanas antes que vuelvan a la normalidad.

2 días: Las terminaciones nerviosas dañadas empiezan a regenerarse y los sentidos del olfato y el gusto se normalizan. La irritabilidad por la falta de nicotina llega a su más alto nivel.

3 días: El 90% de la nicotina ya fue sintetizada y eliminada a través de la orina. La ansiedad y ganas de fumar aumentan. El funcionamiento pulmonar comienza a mejorar.

Una semana: Aparecerán episodios de fuertes deseos por fumar durante el día que pueden durar tres minutos cada uno.

Desde las 2 semanas a 3 meses después: La circulación mejora y aumenta la función pulmonar.

De 1 a 9 meses después: Disminuyen la tos, la congestión nasal, el cansancio y la dificultad para respirar; los cilios pulmonares vuelven a crecer y recuperan su función normal. Se puede manejar la mucosidad manteniendo los pulmones limpios, evitando infecciones.

1 año después: El riesgo excesivo de presentar insuficiencia coronaria se reduce a la mitad del que tienen los fumadores.