Conoce «los mandamientos» para practicar de manera exitosa el cunnilingus

En materia de sexo oral (cuando es ella la que recibe) te queda mucho por aprender. Vas perfeccionando la técnica, pero aún no eres un pro. No te preocupes. Aquí estamos nosotros para echarte una mano.

Ya seas hombre o mujer, hay una serie de normas que debes tener en cuenta a la hora de proporcionarle placer a una fémina en sus partes íntimas. A continuación, las reglas básicas del cunnilingus que todos deberíamos saber, con información recogida de ‘Cosmopolitan’ y de confesiones de amigos de amigos (guiño, guiño).

1) Límpiate la boca después

Besar una vagina tiene sus efectos secundarios: al que lo realiza se le queda la boca repleta de fluidos femeninos. No hay nada malo en ello, pero no a todas las mujeres les gusta tener su propia cara llena de flujo de sus propias partes, por lo que si piensas besarle la boca después de haber bajado, es bueno que te limpies un poco. No se trata de que te hagas un superlavado con flúor y cepillo de dientes incluido: bastará con que te pases la mano por la boca.

2) No bajes de repente

A ninguna mujer le gusta que vayas directamente ahí. Tómate tu tiempo. Los besos, la estimulación de los senos y los pezones, los mordiscos por el interior del muslo forman parte del plato que vas a degustar. Debes esperar hasta que tu pareja esté lo suficientemente excitada para que te suplique que acabes entre sus piernas. Recuerda que si vas demasiado rápido vas a acabar con todo el encanto.

3) Pide indicaciones si te pierdes

Es normal que te pierdas ahí abajo. No es tu sexo, así que no tienes por qué saber manejarte. Es especialmente dificil si estás a oscuras o eres principiante. Por eso, no está de más pedir indicaciones a tu compañera. A mucha gente le da vergüenza o apuro, pero, creenos, no hay nada de malo en pedir opinión. Preguntas como “¿más arriba?”, “¿más despacio?” o “¿estoy ahí?” son tiernas, educadas y complacientes. Nadie nace enseñado, amigo.

4) No comentes nada sobre el vello

La mayoría de los hombres ha visto demasiado porno o se ha cruzado en su vida con mujeres que han hecho lo propio. Todo ello tiene una consecuencia que pagan el resto de las féminas: que un varón se crea con el derecho a opinar sobre cómo debería estar el vello del pubis de su compañera. Es como una especie de epidemia, ¿acaso te han preguntado tu opinión? ¿Acaso ella te ha dicho que podes la selva amazónica que tienes entre las piernas? Por favor, si no tienes nada bueno que decir acerca de la vagina que tienes delante, cállate.

5) No compares vaginas

La mujer que tienes enfrente es consciente de que no es la primera en tu vida y que, por tanto, su vagina no es la primera que te comes o ves. Pero eso no quiere decir que le interese cómo era el último sexo femenino que has catado, y mucho menos que le cuentes cómo sabía. “Vaya, la de mi ex sabía diferente”. No, gracias. Aunque pueda parecer muy obvio y de mala educación, hay muchos hombres que lo hacen. Basta.

6) Si no es bueno, no lo digas

Las mujeres ya tienen suficientes inseguridades acerca de sus vaginas, así que si no tienes nada bueno que decir sobre la textura, olor o apariencia del sexo de tu compañera, no digas nada.

7) Cuidado con absorber

Aunque las pequeñas absorciones y succiones son excitantes, si no las controlas bien no lo hagas, ya que puedes hacer (MUCHO) daño. La actriz porno Amarna Miller da en la clavo: “Los movimientos de succión ligera suelen ser efectivos, pero no intentes comerte el clítoris como si sorbieses por una pajita. Duele. Tampoco es cuestión de pegar lametones a diestro y siniestro. El buen comedor de coños sabe el punto exacto donde tiene que chupar: el clítoris, o en caso de chicas muy sensibles, el capuchón que lo cubre. Tampoco te pases con la velocidad, el ritmo lo marca ella: basta con interpretar las reacciones que provocas en su cuerpo”.

8) No vayas de 0 a 100 de repente

A pesar de que el cunnilingus a menudo se considera un juego previo a las relaciones sexuales con penetración, no significa que tengas que bajar ahí directamente y ponerte como un loco a mover la lengua, por mucho que a ti (hombre) te guste que ella lo haga. Una boca que ingresa sin previo aviso y a toda velocidad en la vagina de una chica es considerada por ella como un invasor: solo querrá que te quites.