Palabras de Brenda Rocha Chacón en Tribunal Popular Internacional

Palabras de Brenda Rocha Chacón en Tribunal Popular Internacional
Foto: Palabras de Brenda Rocha Chacón en Tribunal Popular Internacional /Cortesía

Testimonio de Brenda Isabel Rocha Chacón presentados en la Sesión del Tribunal Internacional de los Pueblos sobre Nicaragua.

Nota de prensa íntegra:

TESTIMONIO

Buenos días hermanos y hermanas del Tribunal Popular Internacional.

Ante todo, agradecer el espacio de dar a conocer las agresiones que hemos vivido el Pueblo de Nicaragua a lo largo de la historia por parte de los gobiernos de Estados Unidos, pretendiendo someternos, violentando nuestra soberanía y nuestra Dignidad.

Mi nombre Brenda Isabel Rocha Chacón, originaria de Bonanza, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, Municipio dedicado a la extracción de oro. Con presencia e identidad de Población Mayagna, Miskitos, mestizos y afrodescendientes. Este Municipio tiene comunidades fronterizas con Honduras. Una de ellas es la comunidad de Musawas, a lo largo de esta frontera en los años 80 se habían organizado grupos de contrarevolucionarios conformadas de ex guardias somocistas, con campamentos y armas que los financiaba el gobierno de Estados Unidos.

En 1982 teniendo 15 años ingrese a las milicias populares, porque como pueblo teníamos que organizarnos para defendernos, ante los constantes ataques en la frontera.

En Julio de 1982 fuimos movilizados a varios puntos económicos del Municipio, se tenía conocimiento que la contrarevolucion pretendía atacar puntos del pueblo y no se sabía cuál, por ello se distribuyeron varios grupos a diferentes puntos cerca de la fecha del aniversario de la Revolución Popular Sandinista el 19 de Julio.

Nuestra Escuadra nos tocó la comunidad del Salto Grande, que es una Represa Hidroeléctrica que da energía al pueblo; queda a pocos kilómetros del Municipio de Bonanza. Esta Comunidad está cerca de la comunidad de Musawas frontera directa con Honduras.

Como pasamos en la trinchera el 19 de Julio, habíamos acordado hacerles una actividad a los niños y niñas de la comunidad, el 24 de Julio por la mañana fuimos al pueblo de Bonanza a traer piñatas y caramelos, Rene, Aaron y yo.

Regresando de Bonanza cerca de las 5 de la tarde, ese Sábado 24 de Julio de 1982, 8 milicianos estábamos en la Represa el Salto Grande, Cristina Rugama, René Hoey Díaz, Arístides Cruz Rugama, Lázaro Ochoa, Ramón Mendiola, José Xenón, Aaron Toledo y yo.

René Hoey, (con su fusil al hombro) grita 22/22 señal de ir cada uno a su trinchera, Aarón joven de 15 años igual que yo, me llega a avisar que hay alerta 22/22, porque yo en ese momento estaba en la casa vecina, cuando yo salgo solo veo a René con su fusil al hombro (caminando a prisa a pesar de tener impedimento en su pierna por la polio) y a Zeron evacuando a la capilla a los últimos pobladores de la comunidad, yo sin sentir temor o sospechar lo que iba a suceder, entre todavía a la casa donde dormíamos, saque más municiones, René vuelve a gritar todos a sus puestos. Llegue a mi punto Junto a Cristina Rugama la otra compañera de la escuadra y don Ramón Mendiola, les pregunto, ¿Que está pasando? Me contesta doña Cristina al parecer hoy atacaran aquí, pone tu arma lista a disparar (sin saber que ya estábamos rodeados). En eso la primera ráfaga.

5:30 de la tarde del 24 de Julio de 1982 inicia el Combate, una tarde nublada , triste, más de cien hombres armados contra 8 Milicianos defendiendo la Represa Hidroeléctrica, nos gritaban que nos rindiéramos, nadie se rindió, rodeados totalmente, fueron matando uno a uno primero a Rene, después a Zeron, después le dieron a Don Ramon que estaba a lado mío, después a doña Cristina, yo les hablaba creyendo que estaban vivos, de repente siento un calor en mi cuerpo, me habían disparado en las piernas, yo estaba apuntando hacia el cerro, donde ellos, los contra tenían con un fusil que solo tiraba en ráfaga, sin saber que atrás también estaba otra tropa de ellos, cruzando el rio, nos tenían totalmente rodeados, cuando yo siento el calor en mi cuerpo, me volteo y me veo ensangrentada, tengo el fusil enconchado, o sea trabado que no logro disparar más, le grito a Aaron, Aaron me dieron, quédate tranquila me dice, quiero seguir disparando y me dan en el brazo derecho, eso fue peor el calor que sentí en el cuerpo, me acomodo en la trinchera y me doy vuelta boca arriba, de repente se escuchó un estallido, era una granada que le tiraron a don Lázaro y Arístides, quedando desbaratados.

Los escucho que vienen bajando del cerro y los otros que vienen cruzando el rio, llegan donde Rene y Zeron, los patean y todavía le pasan una navaja en el cuello, los veo que vienen hacia donde mí, andaban uniformes camuflados, se veían nuevos, bien armados, gritaban los matamos, los matamos, se acercan donde doña Cristina la patean e igual le pasan la navaja en la garganta, le abren la camisa y le cortan sus bustos, cuando llegan donde mí, yo estoy totalmente ensangrentada, y lo que hice fue contener la respiración, para que creyeran que estaba muerta, me patean, me dolía todo el cuerpo, me contuve, en eso alguien grito, viene el refuerzo, vámonos, y salieron sobre el río. Cuando van pasando frente a mi veo que llevan a Aaron, vivo, desnudo y amarrado, a él lo encontraron más adelante torturado ya muerto. Ellos salieron hacia Musawas y de ahí cruzaron otra vez la frontera hacia Honduras.

Yo me quede ahí quieta, con el miedo que regresaran, no sé si me desmaye y volví, me dio sed empecé a arrastrarme de lado, me dolían mis heridas, en ese momento uno de la comunidad ve que hay alguien moviéndose, me llevaron hasta la capilla, ellos dándome primeros auxilios, después me trasladaron al hospital de Bonanza, al día siguiente me trasladaron hacia Managua, en el hospital de Managua hacen lo imposible por salvarme el brazo derecho, tenía 14 orificios, pero no lograron salvarlo, me lo amputaron, los Doctores tratando de explicar el porqué de la amputación para salvarme la vida, y yo les dije, mi brazo solo es algo pequeño para las vidas que ofrendaron los 7 compañeros, todos murieron solo yo quede viva, ver morir a cada compañero es un dolor que no se va, está ahí, duele, duele, dejaron hijos, mamas, esposas, familias, por una guerra injusta, una guerra impuesta, que lo que estábamos haciendo ahí era cuidando nuestro Municipio, nuestra Patria. Mas de cien hombres bien armados contra 8 personas. Aquí estoy dando testimonio por esos 6 hombres y esa mujer que murieron por esa guerra impuesta, dañina, guerra injusta contra un Pueblo que ama la Paz.

Brenda Isabel Rocha Chacón