BOLIVIA: modelo político, social y económico de éxito Contexto del golpe de estado

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Tuve la oportunidad, cuando salí de la Policía en 2005, por decisión ilegítima del gobierno de aquel entonces, de ser contratado como asesor en temas de seguridad en distintos países de América Latina. Estuve en Bolivia durante algunas semanas entre los años 2006 a 2009, pasé en este interesante país intermitentemente durante cuatro años, no viviendo permanente, sino viajando; pude tener contacto con la vida social, cultural, política y la seguridad. Varios de los temas que refiero los percibí, no solo por los libros ni las noticias, sino por el contacto directo durante aquel tiempo.

Abordaré cinco puntos, y después de cada punto, abriré un periodo de preguntas y respuestas para que podamos conversar sobre los asuntos referidos:

Bolivia: un modelo político, económico y social de éxito
Seis preguntas iniciales sobre Bolivia
Siete conceptos claves sobre las causas reales del golpe
Siete mecanismos de golpe de Estado
Conclusiones y comentarios finales
BOLIVIA: un modelo político, económico y social de éxito

Cuando llegué a Bolivia en el año 2006, precisamente el año cuando iniciaba en ese proceso el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), presidido por  Evo Morales, vi en la gente la efervescencia y la esperanza por un cambio político y por los procesos sociales que se gestan en la etapa preliminar de la nueva gestión administrativa y política. Tuve contacto con la población, indígena mayoritaria, porque la mayor parte del tiempo estuve en La Paz, también pasé por Cochabamba, Potosí, Sucre, Santa Cruz, etc.

El país, por esas fechas, tenía un poco más de 9 millones de habitantes, hoy son 11 millones. La población, antes de esos años, solo se identificaba como indígenas o pueblos originarios cerca del 35%, se auto calificaba originaria, de distintos grupos étnicos. La nación boliviana tiene 35 pueblos indígenas, 35 idiomas distintos, además del español. En un territorio de 1 millón de kilómetros cuadrados, dos veces el tamaño de Centroamérica completa, es decir una bajísima densidad de población: un millón de kilómetros cuadrados, con once millones de habitantes, apenas un poco más de la población de Nicaragua.

Por lo tanto, tenemos en ese territorio un montón de espacio desocupado: de un pueblo a otro son cienes de kilómetros, hay que viajar en avión para recorrer largas distancias. Parte del territorio es la Amazonia, y dentro hay múltiples pueblos indígenas, pequeñas comunidades, que viven con los esquemas tradicionales, son pueblos más antiguos. El país tenía la calificación de ser altamente endeudado, y uno de los cuatro países más pobres del continente americano. Estaba en un nivel de desarrollo bajo, ¿Qué pasó después de este período, cuáles fueran las cifras en 2018? El Producto Interno Bruto pasó de 9 mil millones de dólares, a 43 mil: casi cinco veces más. Bolivia fue el país suramericano con mayor crecimiento económico. ¿A dónde quedó ese ingreso? Entonces, aquí viene un indicador que los economistas conocen bien: el índice Gini de Desigualdad. Ese índice, en 2005, era de 0.585%, y bajó a 0.42 en 2018, significa 0.175 menos.

El índice Gini se puede interpretar de la siguiente forma: desigualdad total (1), Igualdad Total (0), 0.40 es considerada una barrera de referencia, por encima se consideran niveles de desigualdad negativos, por debajo de cuarenta la desigualdad es razonable, por ejemplo, Chile, se encuentra en 45; pero aquí en Bolivia la desigualdad bajó a 42, bajó después de haber estado en 58.5, es decir, una reducción significativa de la desigualdad, lo que significa que el crecimiento económico de 9 a 43 mil millones de dólares, tuvo una distribución más equitativa que permitió reducir la brecha extrema.

El Índice de Desarrollo Humano en Bolivia estaba en un nivel bajo, pasó de 0.623% a 0.693%, mejoró en 0.07. Su posición de desarrollo humano, según informe Naciones Unidas pasaba la posición 150; el año pasado concluyó en el puesto118 en relación a 190 países del mundo, es decir, mejoraron los indicadores globales de desarrollo humano, de esperanza de vida, la alfabetización se redujo a 10%, casi la mitad de lo que estaba antes, la gente aprendió a leer y a escribir y mejoró su calidad de vida.

Y el ingreso per cápita, que es una media peligrosa porque oculta los extremos de la exclusión, pero la menciono, aunque puede esconder las desigualdades: en 2005 era $1,300 por persona, y en 2018, concluyó con $3,500 por persona, prácticamente se incrementó 3 veces. La pobreza era 56.6%, se redujo a 36.4%, bajó 20.2 puntos porcentuales, es una reducción significativa. La violencia delictiva se mantuvo en 5 homicidios por 100 mil habitantes, uno de los países con más bajos indicador de violencia delictiva de América Latina, mejor que el de Nicaragua, similar al de Uruguay y al de Chile, con economías mayores. La situación de Bolivia de 2005 a 2018, se modificó desde el punto de vista social y económico de manera significativa y evidente según dicen las cifras oficiales y no oficiales, de organismos multilaterales y de cualquier entidad internacional. Bolivia dejó de ser un país altamente endeudado, se salió de los esquemas del Fondo Monetario Internacional, asumió con dignidad la responsabilidad de su deuda, sin ninguna imposición externa, y sin parámetros hegemónicos de los modelos económicos prevalecientes.

Bolivia desarrolló durante la última década un modelo político, económico y social de éxito. Lo lógico es que hay que aplaudirlo por lograr éxito, pero, desde la lógica injerencista e imperialista, hay que aplaudirlo cuando el éxito se ajusta al modelo hegemónico, sin embargo, hay que aplastarlo cuando transcurre fuera, entonces, el pecado mortal de Bolivia, del MAS y del gobierno de Evo, es que ese éxito “era peligroso para América Latina”, no obedecía al proyecto tradicional ajustado a intereses exógenos, se convertía en un objetivo a observar y desacreditar. Tenían que frustrar el éxito del otro, porque no fue alcanzado con los parámetros que ellos aceptan, alineado al modelo político y económico impuesto. El problema no es que el proyecto fracase, sino que prospere, que tenga éxito social, que reduzca la pobreza y mejore la equidad, eso es peligroso. La clave, el pecado mortal de la administración del MAS, es haber tenido éxito.

Seis preguntas iniciales sobre Bolivia

La primera pregunta que tenemos que responder es: ¿Hubo o no golpe de Estado en Bolivia

La segunda, ¿Cuáles fueron los pretextos inmediatos para el golpe de Estado?;

Tercera, ¿Cuáles son las causas reales del golpe?;

Cuarta, ¿Cuáles son las debilidades y fortalezas del gobierno de Evo Morales que permitieron que ocurriera el golpe?;

Quinta, ¿Cuál es la situación actual del país en el contexto geo político?; y la

Sexta, ¿Cuáles son las perspectivas de corto y mediano plazo para la solución de la crisis de Bolivia?

Esas seis preguntas, y las respuestas pueden ser debatidas de diversas formas, me voy a aproximar a algunas respuestas en ese sentido.

¿Hubo o no golpe de Estado en Bolivia?

Y aquí tendríamos que ir a las referencias conceptuales: ¿había en Bolivia un gobierno legítimamente constituido? Hay dos respuestas: sí o no. Si la respuesta es sí, ahí tenemos un escenario concreto. Sí había un gobierno legítimamente constituido que ganó la presidencia de la república mediante un proceso electoral conforme a los sistemas comúnmente aceptados. Un gobierno que todavía debería estar en el poder, porque se le vence su período constitucional en enero de 2020.

¿Ese gobierno fue desplazado del poder político constitucional? Sí, hay un segundo elemento importante: fue desplazado del poder político. ¿Por qué método fue desplazado? Por la violencia. Se generó un proceso de violencia que presionó al gobierno constitucional, y el otro punto es, ¿qué participación tuvo el ejército y la policía? Fueron los que empujaron al gobierno a salir del espacio político constitucional.

Esa sustitución política, ¿por cuál mecanismo fue asumida? Fue por un mecanismo ilegítimo, es decir, el gobierno de facto, no recurrió a lo definido en el marco constitucional, por lo tanto, es un gobierno ilegítimo. Ahí se cierra el círculo que configura un golpe de Estado, por tanto, la respuesta que nosotros deberíamos decir ante la primera pregunta es que sí hubo en Bolivia un golpe de Estado.

Tenemos que decir con certeza que el golpe de Estado fue consumado. A veces algunos compañeros pueden decir: No, vamos a revertirlo: pero afirmo que el golpe de Estado fue consumado. Ahora lo que ocurra después es otra discusión, que, si se van a poder rescatar los procesos políticos institucionales, ese es otro escenario. El gobierno ya fue desplazado del poder político, fue roto el orden constitucional de país, asumió un gobierno de facto, las fuerzas armadas y la policía tomaron una decisión política y respaldaron al gobierno de facto, está consumado el golpe de estado.

¿Cuáles fueron los pretextos inmediatos para el golpe de Estado?

Hay que diferenciar entre las causas reales y los pretextos visibles: son conceptos distintos, y aunque a veces nos quedamos con las justificaciones inmediatas, pero si no escarbamos las causas reales, tenemos el problema de no encontrar la solución real. Cuando duele la cabeza, no es suficiente tomarse una Panadol, hay que identificar ¿por qué duele la cabeza? ¿Cuál es la causa del malestar de salud? La pastilla no va a curar el dolor de cabeza aunque disimule el efecto. Por lo tanto, es importante identificar lo causal.

¿Cuáles son las causas reales del golpe de Estado en Bolivia?

Hubo un modelo político, económico y social de éxito, pero ese modelo tiene característica que se convierte en factor de conflicto, y es que no es un proyecto hegemónico, no obedece a la norma de quienes se consideran capaces de determinar lo bueno y lo malo, lo aceptable y no aceptable. Estos elementos son el punto de partida de la clave del conflicto en Bolivia, pero quiero agregar un tercer elemento: Bolivia se atrevió a decir algo que puede ser “peligroso”, de cara a los escenarios hegemónicos tradicionales, dijo: “Vamos a refundar Bolivia”, y crearon una nueva constitución política y se llamó “Estado Plurinacional de Bolivia”, cuando nosotros vemos esto, puede que no se nos ocurra nada porque vivimos en Nicaragua, y no en Bolivia. Allá es una realidad multicultural de 35 nacionalidades distintas, con 35 lenguas, con  tradiciones ancestrales. Bolivia es uno de los dos países de América Latina cuya mayoría de población es de pueblos originarios, sólo son Guatemala y Bolivia. En el resto, nuestros pueblos originarios fueron exterminados y hoy son minorías. En Nicaragua, no más del 5% de la población, el resto somos nosotros mestizos o blancos, pero en Bolivia el 62% sigue siendo de pueblos originarios, lo mismo en Guatemala: son realidades únicas y diferentes.

La decisión política de refundar Bolivia, con una nueva constitución política, y llamarle Estado Plurinacional de Bolivia, con nuevos planteamientos conceptuales sobre la multiculturalidad, la convivencia de los pueblos, el derecho legítimo a hablar su lengua y practicar su religión, tradiciones, costumbres y estilos de vida, golpea la imposición colonial, conservadora, oligarca y católica.

Veamos Bolivia, el territorio de un millón de kilómetros cuadrados con once millones de personas, tiene al menos dos grandes regiones: una el altiplano, en la cordillera de los Andes, donde está La Paz, el aeropuerto “El Alto”, el más alto del mundo, casi ningún avión o piloto se atreve a aterrizar ahí, a casi 4,000 msnm. En este territorio vive la mayoría de la población de pueblos originarios. La otra región cubre Santa Cruz y Sucre, que tiene un origen histórico colonial particular.

Voy a referirme a la historia: a principios del siglo XIX, se dieron en América Latina, las guerras de independencia que todos conocemos; los pueblos comenzaron a separarse de España, porque la relación con la Península representaba una dependencia económica, política, que impedía el desarrollo de las naciones del nuevo continente. El poder político aquí lo tenían los criollos, los blancos, hijos de españoles, o españoles nacidos en América, y esos liderazgos legítimos en aquel momento, fueron los que llevaron adelante las necesarias guerras de independencia. Exceptuando algunos líderes indígenas, pero fundamentalmente bajo el pensamiento predominante de los criollos. Simón Bolívar, Sucre, San Martí, representan esa generación de líderes pro independencia que dirigen las guerras de independencia para separarse de los españoles y conformar las nuevas naciones americanas.

Los pueblos indígenas u originarios, casi extintos en aquel momento histórico, exceptuando Guatemala, y Bolivia, tuvieron una participación tangencial, secundaria, en los procesos de independencia de América Latina de principios del siglo XX, eran necesarios para los criollos y los pueblos originarios: todos necesitaban crear la nueva nación que desarrollara el proyecto nuevo separado de la metrópoli.

América Latina tuvo un factor común en esos procesos revolucionarios: normalmente se desarrollaron luchas políticas, entre grupos con pensamiento monárquico y grupos con pensamiento liberal, liberales influidos por la Revolución Francesa de fines del siglo XVIII, y esos dos grupos políticos, en las puertas de la independencia, se enfrentaron. Pasó en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Argentina, Bolivia, México (si ustedes recuerdan, en México se impuso una monarquía), es decir, en los pueblos de América Latina una vez lograda, o en las puertas de la independencia de España y de construir un proyecto de nación se confrontaron dos pensamientos básicos, y esos dos pensamientos se concentraron en esferas geográficas concretas: en Guatemala, uno más conservador o monárquico, y un pensamiento más liberal, fue representado con dos ciudades del país: Guatemala y Quetzaltenango; en Honduras, Tegucigalpa y Comayagua; en Costa Rica, San José y Cartago; en Argentina, Buenos Aires y Córdoba; en Nicaragua, León y Granada; y en Bolivia, La Paz y Sucre. Esas ciudades representaban las tradiciones culturales, políticas e ideológicas de grupos políticos que se confrontaban y querían imponer el predominio del nuevo proyecto de nación, aún incipiente. Alguno venció en ese conflicto.

Por eso es que San José es capital de Costa Rica, San José se impuso sobre Cartago, pero en Nicaragua, el conflicto entre León y Granada no fue resuelto, esas guerras nunca lograron imponer a una por encima de la otra, la solución política fue una tercera opción: Managua. En Argentina, Buenos Aires venció el proyecto político de Córdoba y se impuso como capital; en Guatemala fue ciudad Guatemala; en Honduras, Tegucigalpa venció a Comayagua; pero en Bolivia pasó un fenómeno particular, ninguna venció, ninguna impuso el modelo de nación, porque el conflicto de Sucre y La Paz, tenía también profundas razones y circunstancias culturales, y no solo políticas, entre liberales y monárquicos, también  el pensamiento diverso por la multi culturalidad obviada por la historia de aquel momento. Entonces, ¿qué tenemos? La mayoría de la población es indígena, procede de pueblos originarios. Si caminan por las calles de La Paz, se encuentran un blanquito o un mestizo cada diez; pero en Sucre, la mayoría es blanca o mestiza, se encontrarán menos indígenas, morenitos (o chola, como dicen a las señoras).

Sucre representa junto a Santa Cruz un eje de mayoría blanca-mestiza: más del 25% de la población del país vive aquí. El otro porcentaje está en el resto del territorio nacional. Estas ciudades son coloniales, si recorren Santa Cruz, o Sucre, algunas calles se parecen a León, Granada o Antigua Guatemala; ahí está la rancia oligarquía boliviana, y precisamente se llama Sucre, en honor a uno de los líderes pro independencia de aquel momento histórico necesario.

La pregunta es ¿cómo resolvió el conflicto aquella incipiente nación? La Constitución Política de Bolivia, y no me refiero a la actual, sino la antigua del siglo XIX, definió que la capital es Sucre, y muchos seguramente piensan que era La Paz. No, la capital constitucional de Bolivia es Sucre, pero como el poder había que balancearlo, la sede del poder ejecutivo es La Paz, entonces el poder queda dividido. En La Paz, se encuentra el presidente, y en Sucre, la capital constitucional del país, así quedó como consecuencia al conflicto del siglo XIX. El predominio en Sucre es conservador, oligárquica, católico, colonial.

En Sucre está la sede de la Corte Suprema de Justicia, del Sistema Jurídico (que es el más tradicional de los sistemas políticos: lo último que se cambia es la ley, conservadora por naturaleza). La ley siempre va detrás, nunca adelante: no es la ley la que hace los procesos de cambios, es la ley que se ve obligada a cambiarse después que los cambios se imponen, por lo tanto, es conservadora por naturaleza.

Ahí tenemos una raíz histórica del problema, desde el siglo XIX, Sucre y Santa Cruz, donde muchos aspiran a ser “república independiente”, y hay una contradicción histórica para separarse. En Santa Cruz crearon un movimiento cívico por la independencia, donde va Sucre metida. Esta región quiere ser una “región autónoma”, quieren separase de Bolivia, nación que parece no consideran afín a sus características culturales, que perciben ajena a sus intereses políticos, económicos y sociales; ese problema existe, no con Evo, sino que desde hace tiempo.

¿Qué pasa cuando Evo Morales gana la presidencia en 2005? El problema se agrava, porque resulta que la población indígena mayoritaria y los campesinos le dieron el voto a un líder indígena, que Santa Cruz ve como una cosa aberrante para sus intereses excluyentes, históricos, es decir, la presidencia de Evo Morales en La Paz, se convierte en una perturbación a los intereses particulares y tradicionales de Santa Cruz, y de Sucre. “Un presidente que se tienen que tragarse con dificultad”.

Primero, hay un modelo político y social de éxito; segundo, ese modelo no obedece a un proyecto hegemónico; tercero, el modelo impone una refundación del estado, pasa a ser el Estado Plurinacional de Bolivia que agudiza los problemas culturales, históricos, acumulados en la sociedad colonial; cuarto, ese país tiene un millón de kilómetros cuadrados, “cualquiera se babea”, es decir, es gigante el territorio, y resulta que tiene recursos naturales abundantes que el mundo tal vez no se había interesado hace 100 o hace 50 años.
 
Pero ahora resulta lo siguiente, dicen los pronósticos que en el año 2040, el 57% de los vehículos del mundo van a ser eléctricos, es decir que la tecnología de la mayoría de los autos actuales va a desaparecer; esa tendencia es irreversible, el mundo está sustituyendo los combustibles fósiles, por electricidad; las grandes empresas de automóviles han comenzado a modificar su sistema, un empresario norteamericano muy conocido, Elton Musk, dueño de Tesla, es uno de los principales productores de vehículos eléctricos.  Los teléfonos celulares necesitan baterías, también los carros necesitarán baterías, y dicen que hay que generar energía limpia, por lo tanto, comenzamos a usar más energía solar que requiere baterías, es decir, el mundo para las próximas décadas desde ya, requiere más baterías para energía solar, celulares y autos eléctricos. El año pasado se vendieron 1.8 millones de vehículos eléctricos, si lo comparamos con 2011, cuando salieron a la luz los primeros autos eléctricos, sólo se vendieron 11 mil; dentro de 20 años el 57% de los vehículos van a ser eléctricos, ¿y quiénes son los principales productores de vehículos eléctricos? Hoy son Estados Unidos y China. ¿Y quiénes son los principales productores de litio, el insumo principal de las baterías? Hoy: Australia, China, El Congo y Chile. ¿Pero quiénes tienen las principales reservas de litio en el mundo, aún no explotadas? Bolivia, Chile y Argentina. Y resulta que, ¿quién tiene la reserva concentrada más grande del mundo? Bolivia. Entonces Bolivia se convierte en la perspectiva de desarrollo económico del mundo, en un objetivo estratégico. En un lugar que se llama el Salar de Uyuni, que es como un lago congelado, pero de sal. Ese inmenso salar tiene como islas, vegetación y una especie de bosque propio, se extiende alrededor de 11 mil kilómetros cuadrados. ¿Saben cuál es la extensión del Lago de Nicaragua? 8,500 kilómetros cuadrados. Este salar es unos 2,000 kilómetros cuadrados más grande que el lago de Nicaragua completo. Y ahí se encuentra la reserva más grande el mundo de Litio. Dicen que hay 21 mil millones de toneladas de litio, representa el 20% del litio del mundo, el resto está distribuido en muchos lugares más, sin embargo, aquí está junta.

Ese salar tiene una profundidad de 130 metros, imagínense eso grosor en casi 11 mil kilómetros cuadrados, una riqueza extraordinaria concentrado en el centro de Bolivia, sobre los Andes, inexplorada en general, hasta ahora. Se habla del gas natural de Bolivia, pero saben ustedes que sólo tiene el 9% de gas natural, o menos, mientras tiene 20% de litio. Y los carros eléctricos no funcionan sin baterías, y los celulares no funcionan sin baterías, el mundo para los próximos 20 o 30 años requieren miles de toneladas de litio.

Recuerdo una vez hace unos 20 años, me encontré a esa señora que vendía en su canasta cigarros, chicles, maní, etc., y la señora (tal vez de 40 años) estaba con su hija de unos 10 años, pero la niña era una muñequita bien bonita, la señora, una vieja fea, pero cuando la veo, me digo “Ella no es la mamá”, pero sí era. Le digo: “Qué bonita que es su hija”, y la señora me dijo una frase que quiero repetirla: “Sabes, ella es bonita, tiene la maldición de los pobres, porque esa belleza va a ser su desgracia”. Me puse a pensar ¿qué significaba eso? Ahora me atrevo a pensar que Bolivia tiene la maldición de los pobres: esa extremada riqueza que tiene es la ambición del mundo hegemónico, que no tolera que alguien sea dueño de esa riqueza, y que pueda disponer con libertad de su riqueza para su desarrollo. “La belleza es la maldición de las mujeres pobres”, dice la señora. La riqueza es la maldición de los pueblos pobres, de la periferia, cuando son capaces de formar proyectos económicos, políticos y sociales, fuera del esquema hegemónico: eso no lo tolera nadie del poder imperial, no lo acepta Estados Unidos.

Ese punto cuatro: recursos naturales extraordinarios, y particularmente litio, gas, y otros. Sucedió que el 21 de agosto del 2019, dos meses antes de las elecciones del 20 de octubre, el gobierno boliviano tuvo un “tremendo atrevimiento”, según el poder político del norte: se sentó con los chinos e hizo un acuerdo de creación de una empresa para explotar el litio del Salar de Uyuni, y la empresa se llamó Yacimiento de Litio Boliviano (YLB), y decidieron invertir 1,100 millones de dólares para explotar y procesar el litio, en una compañía con el 51% de Bolivia, y el 49% de China. Esa decisión económica, soberana, se convierte, desde mi opinión, en “la gota que rebalsa el vaso”, es inaceptable. Ubiquémonos en el esquema geo político y la guerra comercial con China. China es uno de los productores de carros eléctricos que está a la delantera, compitiendo con Estados Unidos para tragarse el mercado, todos los carros se van a cambiar, los nuestros también. En la comunicación, en los celulares, el litio es un producto clave, Bolivia tiene derecho a decidir con quién explota su recurso; puede hacerlo en los términos que considere con soberanía y por el bien común de su pueblo, con Alemania, China, Japón, o Estados Unidos. ¿Por qué debe hacerlo con Estados Unidos solo? Eso es inaceptable en el esquema político económico imperial, y ese acuerdo de inversión se convierte en el punto de ataque estratégico. E.U. que tiene una relación económica-comercial conflictiva con China, ha perdido espacio comercial. Dicen que en 2030 China va a ser la primera potencia comercial del mundo, la balanza comercial de E.U. con China es negativa, Estados Unidos ha impuesto medidas fiscales y restrictivas a los productos chinos que inundan el mercado norteamericano y europeo, en el contexto de ese conflicto Bolivia decide darle a China el privilegio de explotar la principal reserva de litio del mundo: eso ubicaría a China en una posición privilegiada.

Conflicto por interés económico y geopolítico

Esa explotación de recursos naturales implica una consecuencia, es percibido como riesgo a la hegemonía de Estados Unidos. Este es un resumen de las causas reales y de fondo del golpe de estado ocurrido. Las otras, que voy a abordar con brevedad, son justificaciones inmediatas para actuar. El tema se resume en seis puntos: Un modelo político económico de éxito, que es ajeno a los proyectos hegemónicos, que es capaz de refundar un estado plurinacional, en un país con una abundancia de recursos, abundancia que cuando se ponen a disposición de un escenario distinto, se mete en la lucha geo política y amenaza, porque pone en riesgo la hegemonía norteamericana.

“Justificaciones” inmediatas del golpe

Entremos brevemente a los puntos inmediatos del golpe: Estados Unidos necesita una justificación para actuar, la oligarquía necesita una justificación, necesita socavar el poder constitucional frente a las circunstancias anteriores. El primer argumento comienza con la reelección; el segundo, con la denuncia de fraude. Se necesita descalificar el proceso electoral, crear dentro de la sociedad una fisura para provocar la crisis, eso lleva a un proceso de violencia y confrontación, una violencia que se monta con desinformación y manipulación donde las redes sociales y las grandes compañías de la información juegan un rol fundamental. En este escenario necesitan un aliado fundamental: reavivar el conflicto histórico Santa Cruz – Sucre, utilizar esa plataforma política histórica para usarla como instrumento, y provocar-azuzar la crisis. Finalmente, en esa relación necesitan romper la fidelidad del ejército y de la policía.

Para sostener un proyecto político de éxito no es suficiente la fortaleza política, requiere un soporte real adicional para que exista y subsista, y el soporte real son tres partes fundamentales desde mi opinión:

– la organización político y social que legitiman el proyecto,

– la economía que lo sustenta, que provoque cambios en distribución de la riqueza, crecimiento y equidad.

– el ejército y las fuerzas de seguridad pública.

Desde mi opinión, el MAS avanzó mucho en lo primero, porque el origen de Evo Morales es sindical, organizador, movilizador, hablando con la gente, creando capacidades sociales, y recuperando la dignidad y dándoles voz a los ciudadanos y a los pueblos originarios, es extraordinario ese proceso. Además, choca con un proceso político cultural que está insertado en la cabeza de la gente. Al indígena se le ha tradicionalmente inculcado que es incapaz de gobernarse solo, de tal forma que por eso siempre los presidentes han sido blancos hasta ahora con Evo Morales. Por eso que, en Guatemala, hasta hoy, todos los presidentes son blancos o mestizos, a pesar de que la mayoría de la población es de origen maya. ¿Por qué no le dieron el voto a Rigoberta Menchu? ¿Saben por qué? Por mujer e indígena, porque los mismos indígenas no votaron con ella, porque en su mente, en el imaginario colectivo de esos pueblos, se siguen considerando que son subordinados al poder político tradicional y colonial, y romper ese esquema no es fácil. Evo lo rompió, ganó y avanzó mucho; avanzó en el mejoramiento económico, las cifras son evidentes; nacionalizó los recursos naturales, el gas, el litio, los minerales, pero no avanzó en la transformación política de las fuerzas armados ni de los cuerpos de seguridad.

Cuando conocí la policía, me di cuenta que son instituciones estructuralmente conservadoras, tradicionales, sumisas al poder colonial, al modelo cultural tradicional, no apegadas a la constitución, “obedientes al patrón” que es blanco, no el indígena; porque eso está en la cultura, no es fácil romperlo. La fidelidad no es a un esquema constitucional de soberanía y autodeterminación, la fidelidad es un modelo político económico tradicional, y preservar ese modelo es el pensamiento que prevalece en la cultura y estructuras militares y policiales, a pesar de que la mayoría de los soldados y de los policías son de los pueblos originarios, a pesar de eso no son capaces de entender el liderazgo nuevo que estaba modificando esquemas. Esas fuerzas armadas, y esa policía están divididas efectivamente, porque hay grupos que pensarán distinto, pero ahí se rompió el esquema que desde mi opinión fue el que puso punto final al golpe de estado consumado.

Pero entendamos: ¿es la reelección el problema que preocupa a la democracia norteamericana? No le importa. ¿Es la reforma constitucional o es la interpretación del tribunal donde permite la reelección? Ocurrió en Costa Rica cuando se eligió presidente Arias; ocurrió en Colombia cuando se eligió presidente Uribe; en Alemania, Merkel ha tenido muchos períodos; y eso es aceptado. El problema no es reelegirse o no, el problema es que quien se reelija obedezca a un esquema que pretende modificar el sistema prevaleciente: ese es el pecado mortal. Pregunto: ¿le interesan las elecciones al modelo norteamericano, donde la gente vote? No le interesa como modelo o esquema, le interesa como formalidad siempre y cuando los resultados preserven el poder político constitucional prevaleciente, hegemónico. Pero cuando esos resultados electorales pretenden modificarlo, no es aceptado.

Entonces, esa formalidad, elección o reelección, votar o no votar, está sujeta al resultado: que guste o no   al poder hegemónico. Y lo que menos gusta es la posibilidad del país de disponer de sus recursos naturales, principalmente cuando tienen importancia estratégica para el mundo, como el litio del salar de Uyuni.

¿Qué deberíamos aprender de Bolivia?

Primera lección importante: si nosotros pretendemos construir un modelo de autoderminación, si pensamos fortalecer un proyecto de desarrollo con equidad social, no vamos a ser de la vista agradable del poder político hegemónico ni de la oligarquía tradicional; es totalmente opuesto y contradictorio, aunque hagamos las perfectas elecciones posibles, aunque organicemos los procesos políticos a la medida de quien sea, si el resultado no obedece a ese esquema, va a ser siempre desacreditado y descalificado.

Segundo: Si queremos preservar un modelo político económico y social, si queremos transformar a la sociedad con un propósito fundamental, que los pobres tengan una real oportunidad de vivir, y de vivir en una sociedad mejor, tenemos que tener en cuenta que eso solo es sostenible si aseguramos una organización social y política sólida, si creamos una base económica consistente, y si las fuerzas armadas y la policía se mantienen con un pensamiento comprometido, con el desarrollo económico y social, la auto determinación, y la capacidad de resolver nosotros nuestros problemas para definir nuestro destino desde una solución auténtica y sostenible.