Daniel no es ni será enemigo de la lucha de los hondureños

Daniel no es ni será enemigo de la lucha de los hondureños
Foto: Daniel no es ni será enemigo de la lucha de los hondureños / La República

Juan Orlando es tan astuto que ha puesto a muchos integrantes de la izquierda hondureña y otros sin definición ideológica, algunos militantes de LIBRE y candidatos a un puesto de elección, a lanzar dardos en contra de la Revolución Sandinista y del presidente de Nicaragua Daniel Ortega.

El gran delito de Ortega es que se ha reunido con JOH para ratificar un Tratado que se vino estudiando por la parte hondureña y nicaragüense durante algún tiempo y que es favorable a los intereses de Honduras en el Golfo de Fonseca y en el Mar Caribe.

Daniel Ortega y la Revolución Sandinista sufren el acoso de la CIA, del gobierno norteamericano, de la Unión Europea, de otros gobiernos, sumisos a los yankees, de América Latina. Biden tenía preparada una resolución que hizo pública con motivo de las elecciones imponiendo más sanciones a Nicaragua, la OEA ha salido al ruedo, sin vergüenza alguna porque no es más que un instrumento norteamericano, y lo mismo ha hecho la Unión Europea.

Todos ellos quieren arrogarse el derecho a decidir si las elecciones son legítimas o no en Nicaragua. De esta manera atropellan el principio internacional de la no injerencia, la no intervención y la libre autodeterminación.

Durante el primer período de gobierno sandinista, luego del derrocamiento del tirano Somoza, Los Estados Unidos al mando de Ronald Reagan, uno de los que más dolor ha causado a la humanidad, utilizó a Honduras como portaviones alquilado, razón por la cual Gregorio Selser bautizó a este atormentado país como República alquilada, instaló en nuestro territorio a la Contra, para que ocasionara destrozos y asesinatos en Nicaragua, y respaldó al energúmeno de Gustavo Álvarez Martínez para que aplastara a la oposición hondureña mediante la persecución, el desaparecimiento y el asesinato de muchos hondureños y extranjeros que vivían en Honduras. Llegado al nivel de la equizofrenia, Álvarez Martínez se aprestaba a marchar para tomar Managua. Por suerte, los militares que sabían que su cabeza corría peligro lo pusieron de patitas en un avión hacia el exilio.

En ese tiempo Honduras era enemigo de Nicaragua a pesar de los esfuerzos sandinistas por buscar una solución pacífica al conflicto. El resultado fue que las elecciones las perdió el sandinismo, no porque no tuviera el respaldo del pueblo; sino porque las madres ya no querían que sus hijos fueran asesinados por las hordas criminales que venían armadas y entrenadas por la CIA desde Honduras. Querían la paz en contra de la guerra impuesta por Reagan. De paso nos dejaron el negocio del narcotráfico.

¿Querrá Ortega volver a esa situación de enfrentamiento con Honduras en el momento difícil por el que está atravesando por el acoso a que está sometida Nicaragua por USA, la OEA y la Unión Europea? ¿Tal y como ocurre, también, con Cuba y Venezuela? Pues claro que no.

El papel de Ortega y su Gobierno es tratar de mantener una relación amistosa con todos los países que pueda porque no es el momento de buscarse más enemigos y, por supuesto, no son estos desbocados que ahora atacan al sandinismo quienes saldrán a poner el pecho en defensa de la revolución en Nicaragua.

Daniel Ortega es, siempre fue y será amigo de los hondureños. Cuando estaba en la lucha insurreccional, venía a descansar o a buscar ayuda médica y utilizaba nuestro país como tránsito a otros países en la ida o en su retorno a las selvas nicaragüenses.

Después de perder las elecciones, el pueblo nicaragüense se dio cuenta que había cometido un error. Los norteamericanos estaban satisfechos con el trabajo de desmontar los avances revolucionarios que doña Violeta y quienes le siguieron hacían.

Daniel, sin embargo, mantuvo encendida la llama de la lucha y forjó una nueva esperanza en el pueblo para la lucha por recuperar el poder por la vía de las urnas. Otros que no tenían los méritos de Daniel querían ocupar su puesto y para tales fines hacían pactos hasta con el diablo (entiéndase Yankilandia). Y así fue. Como consecuencia, al ganar las elecciones, el gobierno sandinista volvió a emprender el camino revolucionario y comenzó a realizar acciones y obras destinadas a mejorar el nivel de vida, sobre todo de los nicaragüenses que vivían en la pobreza y en la miseria.

El balance es sorprendente y los avances de Nicaragua no pueden comprarse con lo que, en el mismo tiempo, ha ocurrido en Honduras, en donde la miseria y la pobreza han caído nuevamente a niveles alarmantes. Cuando los bolcheviques llegaron al poder hicieron alianzas con varios países que luego fueron enemigos, pero esas alianzas les permitieron tener paz para consolidarse en el poder.

Aquí en Honduras alguna gente pobre sin esperanzas irá a las urnas a votar a cambio de un regalo miserable. En Nicaragua, el pueblo ha salido a votar con conciencia para hacer que el proyecto sandinista continúe con su paso firme hacia el desarrollo integral de Nicaragua y la independencia verdadera.

Cuando ocurrió el golpe de Estado en contra del gobierno de Mel Zelaya, Daniel Ortega junto con Cristina de Kishner, Lula, Raúl Castro, Correa, Evo Morales, Fernando Lugo y Hugo Chávez estuvieron con el pueblo de Honduras en su lucha en contra del golpe y de la tiranía. Recuerdo que Daniel, en su carro todoterreno, llevó a Mel hasta la frontera con Honduras para que Mel hiciera un nuevo intento de reingresar a su patria. Mel estuvo algún tiempo en Nicaragua con el respaldo y solidaridad de Daniel Ortega y desde ahí fue que ingresó a nuestro país, indudablemente que también con el respaldo de Daniel.

Es decir, Daniel no es enemigo de Honduras, ni de LIBRE, ni de Mel, ni de Xiomara, ni de los hondureños que luchamos por un nuevo rumbo y una nueva patria, pero en su condición de mandatario su deber es buscar la convivencia pacífica con los vecinos, tratar de mantener la integración y la paz que es de esa forma como puede llevar adelante su programa de gobierno y enfrentarse a los enemigos externos e internos.

Están, los que tiran piedra en contra de Daniel, enojados porque reconoce al gobierno de Honduras y mantiene una relación amistosa como le manda la constitución nica. Pero no se dan cuenta de que quienes han reconocido al gobierno de JOH es la oposición al aceptar el resultado de las elecciones, tras un corto período de protestas, al formar parte del Congreso, al que han ido para legitimarlo junto con sus organismos estatales cuya integración han aceptado los de la oposición a pesar de que los golpistas y luego ejecutores del fraude electoral decidían.

Es más, fueron a integrar un Congreso cuya mayoría absoluta la tenía el Partido Nacional, mayoría que fue lograda mediante el fraude electoral. Y eso se ha repetido durante dos elecciones en las que resultó electo JOH de manera fraudulenta.

Si estos hondureños de los que hablo están lanzando al pueblo en contra de Daniel y el Sandinismo y quieren que Nicaragua se entregue de nuevo a la oposición proyanquista y sometida, se colocan, indudablemente, al par de las aspiraciones de Biden, del desvergonzado lacayo Almagro, de la neocolonialista Unión Europea y de los traidores a la Patria, nicaragüenses que han aceptado unas cuantas monedas para sembrar el caos promover la destrucción y el asesinato en Nicaragua, con la esperanza de que USA mande un porta aviones y los vuelva a poner, a contrapelo de los deseos del pueblo, al mando de la Nicaragua sometida que fue durante el régimen de Walker, de los Chamorro y otras sabandijas y de los Somoza que hicieron muy bien, para el deseo de USA, el papel de los hijos de puta de los yankees.

Darío, sin haber vivido la actualidad, pero testigo de la brutalidad yankee, que toleró las barbaridades de Walker y que tumbó al Presidente Zelaya, tuvo una visión perfecta y un convencimiento de quienes eran los verdaderos enemigos de los pueblos latinoamericanos, y lo dijo con palabras de invaluable claridad: “Y Los Estados Unidos con la aprobación de las naciones de Europa y quizá de algunos de América… [intentarán ocupar] el territorio nicaragüense, territorio que les conviene, tanto por la vecindad de Panamá, como porque entra en la posibilidad de realizar el otro paso interoceánico por Nicaragua,…” “Por el lado del Norte está el peligro. Por el lado del Norte es por donde aniña el águila imperial”.

Por ahora será tarea cuesta arriba hacerles entender a los testarudos que en Nicaragua el pueblo ha decidido con mas del 75%, que no ha habido candidatos de la oposición presos (los enjuiciados nunca fueron postulados por ningún partido y muchos ni siquiera lo tienen y la oposición participó con varios candidatos). Quienes sueñan con la democracia que nos imponen los yankees verían con agrado a los enemigos de Nicaragua y del Sandinismo apoderarse de Nicaragua nuevamente, por interpósita mano de la ARMY, para volverla al redil de la OEA sumisa y lacaya. Tegucigalpa, 10 de noviembre de 2021.

Por Víctor Manuel Ramos