Turismo en el Lago de Tiburones

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Nicaragua es un destino libre del turismo masificado que la hace resaltar como un lugar sin igual debido a que puede disfrutarse sin tener que caminar entre enormes multitudes.

Es por eso que el portal expansion.com dedicó este escrito a varias zonas de impacto del país; como el Gran Lago de Nicaragua, conocido como el Lago de los Tiburones.

A continuación la reseña:

Partiendo de Granada, otro de los planes obligados es navegar por las aguas del Cocibolca, avistando sus numerosas islas y fisgoneando -con perdón- las estupendas residencias que en algunas de ellas han instalado los más pudientes de los locales. Mejor aún es hacer noche en una de estas isletas privadas, alternativa posible si se reserva con tiempo una de las nueve «casitas» que oferta Jicaro Island Lodge, concepto de alojamiento ecológico que forma parte de la selección Unique Lodges of the World de National Geographic.

Fiel a los principios de esta organización naturalista de ofrecer «experiencias singulares en establecimientos arraigados a su comunidad y comprometidos con la protección del hábitat y la cultura del entorno», el único lodge seleccionado por NG en Centroamérica es, más que un hotel, una estancia en el paraíso. Una suerte de resort ecológico que permite a sus huéspedes integrarse en la naturaleza sin interferencias ni impacto alguno.

El idílico proyecto de alojamiento sostenible, respetuoso con el ámbito natural y que contribuye a generar riqueza a la comunidad del entorno del lago, nació de la iniciativa de la empresaria londinense Karen Emanuel, quien tras visitar Nicaragua decidió adquirir la isla donde hoy se sitúa Jicaro para hacer realidad su eco-lodge, contó con la colaboración del arquitecto Matthew Falkiner y la compañía Cayuga Sustainable Hospitality, que desarrolla y gestiona resorts sostenibles y hoteles «verdes» en América Latina y el Caribe.

Juntos han dado a luz un lugar de auténtico ensueño, con estancias comunes abiertas a la naturaleza y nueve bungalows de dos plantas, construidos en madera emulando «casas de árbol», de elegante sencillez, cómodos y lo suficientemente espaciosos como para que la experiencia sea óptima. Todos ellos, enlazados por senderos de piedra, disponen de terraza privada y vistas al lago. La gastronomía de Jicaro Island Lodge, elaborada con productos de proximidad, así como su coctelería, protagonizada por el ron nacional y las frutas exóticas, resultan satisfactorias.

Pero aquí lo mejor de todo es dormir en cualquiera de sus «casitas», con el arrullo del canto de los pájaros -hay más de un centenar de especies volando entre las islas- y otros sonidos propios de la foresta, como si se descansara en la misma jungla.