En la comarca Wiscoyol, ubicada en el kilómetro 81 y medio de la carretera Boaco-Managua, ha nacido un nuevo punto de encuentro para los amantes de la buena comida. Se trata de un emprendimiento gastronómico a la parrilla, EL MILAGRO, liderado por el joven Jerome Rivera, ingeniero agrónomo originario de Camoapa, que decidió transformar la propiedad heredada de su padre en un espacio lleno de sabor, identidad y tradición.
Este emprendimiento no es una parrillada cualquiera. La especialidad de la casa es el corazón asado, un corte tradicional que, en las manos expertas del joven emprendedor y su equipo, adquiere un sabor inigualable. A esto se suman deliciosas picañas de res, asados de cerdo, y un servicio práctico de asados por libra, ideales para compartir en familia o entre amigos.
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Con el fuego como aliado y el carbón como herramienta, cada plato se prepara con esmero, paciencia y ese toque único del auténtico sazón boaqueño. Pero más allá del sabor, lo que hace especial este lugar es la historia detrás del negocio y el profundo sentimiento de gratitud que su creador transmite.

«Doy gracias primero a Dios, que me guía cada día. A mi familia, por apoyarme siempre. A los trabajadores que están conmigo desde el inicio y, por supuesto, a cada cliente que confía en nosotros. Cocinamos con amor y respeto por quienes nos visitan”, comenta Rivera, emprendedor.
Sazón boaqueño conquista paladares en la carretera Boaco-Managua
Además de servir con calidad, él también busca inspirar: «Hoy en Nicaragua sí se puede emprender. Hay programas y apoyos desde diferentes instituciones del gobierno. Todo está en la mente, el que quiere, puede. Solo hay que tener fe, disciplina y ganas de salir adelante. Así que joven, no hay que enfocarse en un solo proyecto. El Nica es innovador todos los días, y así podemos sacar adelante nuestra familia y nuestro país», culminó Jerome.

El local está abierto todos los días y ofrece un ambiente rústico, acogedor y familiar, donde el aroma y el crujir de las brasas invitan a quedarse. Tanto nicaragüenses como visitantes extranjeros están invitados a vivir esta experiencia de sabor y calidez humana.