El Arboretum Nacional, con el propósito de educar y entretener, organizó una mañana especial para niños de diversos barrios de Managua.
La actividad se centró en el emblemático árbol nacional, El Madroño, que no solo es un símbolo para los nicaragüenses; sino que también desempeña un papel significativo en eventos religiosos como la gritería de la Purísima Concepción de María.
“El día de hoy promueve lo que es una jornada recreativa con los niños y niñas para fortalecer las capacidades en temas de la utilidad del Madroño bajo el lema del ‘Madroño nuestra fiesta Mariana’; esto con el fin de darles a conocer a los niños sobre el uso del madroño»; expresó Yasari González, especialista forestal del Instituto Nacional Forestal (INAFOR)»
«La reseña histórica de nuestro árbol nacional, así como para nosotros decirles a los niños lo que significa lo importante y el uso que tiene, pues su flor en esta época de fiestas Marianas”; añadió González.
Niños descubren los secretos del Madroño
Más de 30 entusiastas niños participaron en esta experiencia educativa, donde no solo aprendieron sobre la historia del Madroño, sino también sobre cómo sembrarlo y cuidarlo. Esta iniciativa buscó inculcar en los pequeños el valor de la biodiversidad y la importancia de preservar las especies autóctonas.
Este árbol nacional se convierte así en un símbolo que une a la comunidad, recordándoles sus tradiciones y raíces.
“Los madroños, hace referencia a una temporada de golosinas, petardos y sones de Pascua; son un elemento arraigado en la cultura nicaragüense. En diciembre, el aroma de las flores de madroño llena el aire, recordándonos la proximidad de las festividades”; agregó Yasari González.
Si bien el Madroño es representativo en eventos festivos, también se encuentra arraigado en la naturaleza de Nicaragua. Principalmente presentes en los bosques del suroeste del país, estos árboles no solo son testigos de la historia; sino que también contribuyen a la rica diversidad ecológica de la región.
El Arboretum Nacional ha desempeñado un papel crucial al acercar este conocimiento a los niños, sembrando semillas de aprecio por la flora nativa y la conexión con la tierra.
