Muchas mujeres se enfrentan a situaciones de violencia, a veces sutiles, que pueden terminar en tragedias irreparables. ¿Sabías que existen señales claras de alerta que podrían salvar vidas? ¿Cómo reconocer las actitudes y comportamientos de un posible femicida? ¿Cuáles son esas señales sutiles que toda mujer debe saber? A continuación, te explicamos este tema desde el ámbito psiquiátrico y legal.
Culpabilizar a la víctima por reaccionar a las acciones cometidas por el agresor, aislarla de su familia, amigos e incluso de sus propios hijos, o manipularla para que tome decisiones sobre su dinero o para decidir si debe trabajar, son solo algunos ejemplos de violencia sutil. Estos comportamientos y actitudes desgastan emocional, psicológica y mentalmente a la víctima.
La Dra. Elieth Balladares, especialista en medicina psiquiátrica, explica que un círculo de violencia vivido de manera gradual es aquel en el que una persona comienza a desarrollar conductas como ser manipulador, chantajista, tener un control excesivo sobre las personas o ser muy posesiva.
Este es un perfil que va formando un agresor. La violencia no solo se manifiesta en el ámbito físico, sino también en la violencia psicológica. ¿Cómo sufrimos violencia psicológica? Cuando nuestras parejas nos hacen sentir que somos insuficientes, nos bajan la autoestima, nos hacen creer que no valemos para nadie más; y crean una baja autoestima que incluso nos incapacita para creer que no podemos ser independientes, tanto económica como emocionalmente.

Identificar la violencia psicológica y violencia física
Además, explica que la violencia psicológica y la violencia física suelen ser graduales. Primero, se manifiestan en un tono de voz alto, luego en empujones, después en los primeros golpes, y más tarde, en una paliza. Las amenazas de muerte pueden ser verbales, o en muchos casos, se utilizan armas o cualquier objeto que pueda ser utilizado para arrebatar una vida.
Los celos, muchas veces, se romantizan y creemos que la persona es celosa porque nos quiere, pero no es así. Cuando esos celos se manifiestan en gritos, cuestionamientos constantes sobre lo que haces a diario e incluso en intentar involucrarse rápidamente en la toma de decisiones sobre tu vida, diciéndote qué hacer o cómo hacer las cosas que normalmente podías decidir por vos misma; esa persona está mostrando señales de alerta.

Ley para proteger a las mujeres
La Ley 779, conocida como la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres, es una herramienta clave en la lucha contra el femicidio. Esta ley establece mecanismos de prevención, protección y sanción para quienes violen la dignidad de las mujeres, garantizando no solo la justicia tras el crimen; sino también medidas preventivas para evitar desenlaces fatales.
El abogado penalista, Lic. Marcos Dávila, explica que “las penas por asesinato, tal como lo establece el código penal, son de 25 a 30 años de prisión. Y cuando se trata de un asesinato con ensañamiento y crueldad, se aplica la cadena perpetua, que ya está implementada en Nicaragua”.
Por su parte, la abogada familiar, Lic. Vanesa García, añade: “La seguridad de cada mujer se garantiza mediante la presentación de denuncias en las comisarías de la mujer. En Nicaragua, los casos de femicidio están siendo procesados con las sanciones correspondientes para aquellos homicidas que le arrebatan lo más preciado a las mujeres que dicen amar”.

Vivir libre de violencia
Cada mujer tiene el derecho a vivir libre de violencia. La prevención no solo pasa por la identificación temprana de las señales, sino también por un cambio cultural en el que las mujeres sean respetadas y cuidadas.
La sociedad, la familia, los amigos y las instituciones deben estar alertas para ofrecer el apoyo necesario a las mujeres que atraviesan situaciones de riesgo. Más allá de las leyes y las señales, lo fundamental es que todas las mujeres reciban el amor, la protección y el respeto que merecen. Si sabemos cómo identificar las señales y actuar en consecuencia; podemos cambiar historias y garantizarles un entorno lleno de paz.