La noche de este miércoles, la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío fue el escenario de una emotiva y vibrante gala cultural dedicada a la música folclórica rusa; en conmemoración del Día de la Victoria; esta fecha, celebrada cada 9 de mayo, rememora la rendición de la Alemania nazi en 1945 y la heroica victoria del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial; conocida en Rusia como la Gran Guerra Patria.
El evento se desarrolló en un ambiente de solemnidad y respeto, combinando la fuerza simbólica de la música con la profundidad histórica de la ocasión. A través de piezas vocales y composiciones instrumentales típicas de diversas regiones de Rusia; el público pudo experimentar un recorrido cultural lleno de identidad, resistencia y orgullo nacional.
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La actividad no solo sirvió como una muestra artística, sino también como un puente de entendimiento entre pueblos. En este sentido, tuvo una especial relevancia la presencia de delegaciones diplomáticas acreditadas en Nicaragua; quienes se sumaron a la conmemoración en señal de amistad y solidaridad.

Ramón Rodríguez, codirector del Instituto de las Culturas de Pueblos y Juventudes y Ministro Director del Teatro Nacional Rubén Darío; señaló: “En nombre de nuestro gobierno, queremos felicitar al gobierno del pueblo ruso y agradecer todo el apoyo que nos han brindado y, como parte y muestra de esa gratitud, vamos a ofrecer con nuestros músicos melodías y canciones que son parte; no solo del patrimonio de Rusia, sino universal”.
Teatro Rubén Darío se une al mundo en recuerdo de la Gran Guerra Patria
En la actividad se hizo visible la participación activa de ciudadanos rusos residentes en Nicaragua, quienes con emoción rindieron tributo a su historia y cultura.

Durante la ceremonia se recordó que el Día de la Victoria representa mucho más que el fin de una guerra; es un homenaje a los millones de soldados y civiles caídos, al valor de quienes resistieron en los frentes de batalla y al esfuerzo colectivo que condujo a la liberación de Europa del régimen nazi.
Este homenaje musical, realizado en uno de los recintos culturales más importantes de Nicaragua, se convirtió en una oportunidad para fortalecer los lazos históricos entre ambos países, reafirmar el compromiso con la paz y resaltar el papel del arte como medio de expresión de la identidad nacional.