La noche del 14 de marzo de 2025, en Nicaragua se pudo apreciar un espectacular eclipse lunar total, un fenómeno que tiñó la Luna de un intenso tono rojizo, conocido popularmente como “luna de sangre”.
Este impresionante evento astronómico se produjo cuando la Tierra se interpuso entre el Sol y la Luna, proyectando su sombra sobre el satélite natural y generando un efecto visual único en el cielo.
El característico tono rojizo que adquirió la Luna durante el eclipse se debe a la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre. Al respecto; el ingeniero David Castillo Pacheco, presidente de la Asociación Nicaragüense de Astronomía (ASTRONIC); explicó “La luz es reflejada por el Sol cuando la Tierra se interpone, se produce el color rojizo, es como un prisma.”
Castillo también desmitificó creencias ancestrales que vinculaban este fenómeno con malos augurios; “Antiguamente, las civilizaciones veían este evento como un presagio de desgracias. Decían que era luna de sangre y hablaban de presagios, desgracias y maldiciones, pero nada tiene que ver eso.”

La Luna se tiñó de rojo en un evento único
Si bien la Luna llena ocurre cada mes, los eclipses lunares son menos frecuentes debido a la inclinación de la órbita lunar. Castillo detalló; “La rotación de la Luna con respecto a la Tierra es de 5 grados para que haya un eclipse, la alineación debe ser exacta.”
Asimismo, aclaró que los efectos del eclipse sobre los fenómenos naturales son mínimos, señalando que la única consecuencia científicamente comprobada está relacionada con las mareas; “El único efecto demostrado científicamente es con las mareas. De hecho, los pescadores lo saben bien, pues cuando hay Luna llena, las mareas son más altas.”

Para quienes no lograron observar el eclipse del 14 de marzo, Castillo anunció que el próximo eclipse lunar ocurrirá el 8 de septiembre de 2025, aunque su visibilidad será más limitada debido al horario. Además; informó que este año también habrá dos eclipses solares: el 29 de marzo y el 21 de septiembre.
Este eclipse lunar no solo permitió a los nicaragüenses maravillarse con la belleza del cosmos, sino que también despertó un mayor interés por la astronomía y el estudio de los fenómenos celestiales, fomentando una mejor comprensión del universo y sus dinámicas.