Iglesia Católica ruega para que diálogo por la paz sea exitoso

Varios párrocos de la capital se manifestaron de acuerdo con la decisión de la Conferencia Episcopal de aceptar ser mediador y testigo del diálogo nacional, convocado por el Gobierno para resolver la situación actual del país.

Expresan que el diálogo debe ser aprovechado por todos los sectores para exponer sus propuestas y alternativas que conlleven a un consenso para mantener la estabilidad de Nicaragua

"Ustedes saben que ya los obispos como Conferencia Episcopal, ya se pronunciaron, yo lo que hago es orar, cooperar y pedir los sectores que tratemos de buscar las luces del Espíritu Santo, yo sé que esto levanta corroncha e incluso de la Iglesia que les gustaría levantar más conflicto. No podemos a la luz del Evangelio estar alimentando confrontaciones y violencia, debemos a entender que el Evangelio nos invita a recorrer un camino de reconciliación y el papa Francisco en concreto ha invitado a que los cristianos seamos valientes, el camino de la paz y el diálogo, y no hay otra fuente más que el Evangelio, no es una ideología la que te está hablando de diálogo y de paz, es el Evangelio",  refirió el padre Bismark Carballo. 

Los religiosos católicos son categóricos al referirse que no se debe descalificar el diálogo, más bien los participantes deben de mostrar una actitud constructiva, para tener el éxito. 

"Es un primer paso positivo, el hecho de que la Conferencia Episcopal acepte la mediación, acepte el ser garante en este diálogo es un paso, el hecho de que el Gobierno y las otras instancias acepte esa mediación es otro paso. Cada instancia que va a participar en este diálogo haga sus propuestas y soluciones posibles para ponerlas en la mesa y juntos con un carácter constructivo llevar adelante y llegar a conclusiones y acuerdos en consenso, no es negociar, es dialogar; porque en la negociación cada quién busca su parte, su tajada y no se trata de eso, se trata de dialogar, compartir, hablar", dijo el padre Antonio Castro. 

También pidieron al pueblo que sume a una cadena de oración para pedir a Dios  paz y tranquilidad para la nación.