Cinco monjas han huido del convento de clausura en San Giacomo di Veglia; en el noreste de Italia, debido a un ambiente “insoportable” tras la expulsión de su madre abadesa, sor Aline Pereira, después de la muerte del papa Francisco.
Las religiosas se presentaron ante las autoridades para informar sobre su huida del monasterio de los Santos Gervasio y Protasio; explicando que decidieron abandonarlo debido a “graves acontecimientos internos” que prefieren abordar en otro momento y lugar.
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La controversia comenzó en enero de 2023; cuando cuatro monjas enviaron una carta al papa Francisco con acusaciones contra sor Aline. Sin embargo, las denuncias fueron desestimadas por la Iglesia, archivándolas como “calumnias” en Italia.
A pesar de ello, el convento recibió varias visitas canónicas; y la madre abadesa fue acusada de “actitudes manipuladoras” e incapacidad para tomar decisiones.
Monjas fugitivas defienden a sor Aline tras acusaciones sin pruebas en Italia
Las monjas fugitivas defienden a sor Aline, destacando su trabajo con mujeres víctimas de violencia y su apoyo a diversas asociaciones locales; resaltando la falta de pruebas que respalden las acusaciones en su contra.
El 18 de abril, el abad general de la orden, Mauro Giuseppe Lepore; nombró un comisario para el convento.
La situación empeoró cuando, tras el fallecimiento del papa Francisco, una psicóloga visitó el convento y; sin consultar con especialistas ni realizar evaluaciones clínicas, concluyó que las monjas habían sido “lavadas el cerebro”.
Esto culminó con la destitución de sor Aline y su reemplazo por la madre Martha Driscoll, de 81 años. Las monjas exiliadas afirman que la salida de sor Aline empeoró la situación; volviéndola insostenible, lo que las obligó a huir del convento.
