Birmania: Economía al borde del colapso tras golpe de Estado

economia

Birmania se encuentra al borde del colapso económico tras el golpe de Estado, con unas previsiones de caída del PIB de hasta un 20%, en medio de una brutal represión de la junta militar, riesgo de guerra civil y un movimiento de desobediencia que ha parado los bancos y la Administración.

Dos meses después del levantamiento militar del 1 de febrero que acabó con el Gobierno electo de Aung San Suu Kyi, el país se encuentra en una situación de caos con protestas diarias, huelgas de trabajadores y una violencia de las fuerzas de seguridad, que ha dejado más de 570 civiles muertos y que ha generado una ola de sanciones internacionales.

"Las tensiones en Birmania han aumentado significativamente en el mes de marzo, con el Ejército intensificando el uso de fuerza letal contra manifestantes y civiles. Creemos que la elevada inestabilidad social en el país paralizará todos los aspectos del PIB", señaló este lunes Fitch Solutions.

La agencia de calificación sostiene que la situación en el país de 54 millones de habitantes había "excedido el punto de incertidumbre" por lo que un pronóstico conservador para su economía sería una contracción del 20% en el año fiscal que comenzó en octubre, en lugar del 2% proyectado antes del golpe.

El Banco Mundial tampoco hizo el mes pasado un pronóstico muy esperanzador y habló de una contracción del 10% para 2021 respecto al crecimiento esperado.

Lea además: 

PAÍS POBRE QUE CRECÍA RÁPIDO

Birmania, uno de los países más pobres del Sudeste Asiático, se abrió a las inversiones extranjeras en 2011, cuando comenzó la transición democrática y desde entonces vivió un rápido crecimiento.

"La economía de Birmania no es grande, pero ha tenido un buen desempeño en los últimos años. Entre 2011 y 2018, el PIB mantuvo un promedio de crecimiento real del 7% anual. (…) La economía disfrutaba de un crecimiento saludable y un mayor bienestar", señaló a Efe el analista jefe de Asia pacífico de Moody's Analytics, Steve Cochrane.

Este experto recuerda que aunque el crecimiento se desaceleró en 2020 por el desplome de las exportaciones debido a la pandemia del covid-19, este año se esperaba una buena recuperación.

BLOQUEO DE INTERNET

La debacle no parece importar a la junta militar, que no repara en imponer medidas represivas como los asesinatos de civiles, la detención y torturas a disidentes, el bombardeo de zonas controladas por las guerrillas que apoyan a los manifestantes y el bloqueo de internet, lo que está teniendo también un impacto en la cada vez más decisiva economía digital.

Los manifestantes tampoco muestran signos de rendición, a pesar de la brutalidad de las fuerzas de seguridad y las protestas se celebran a diario en todo el país.

El movimiento de desobediencia civil ha conseguido además parar la Administración y varios sectores como el de la banca con el objetivo de hacer colapsar la economía, su principal arma de resistencia contra la junta militar.

CIERRE DE BANCOS

El cierre de la mayoría de las sucursales bancarias desde el golpe del 1 de febrero está impidiendo el pago de nóminas y las transacciones, además de haber hecho que los clientes retiren en masa efectivo de los bancos.

"La situación de los bancos es muy mala. No podemos retirar fondos ni pagar a nuestros empleados", explicó Aye Tun, consejero delegado de la concesionaria de automóviles y productos petroleros, Aung Thein Than

El directivo reveló al portal Frontier Myanmar que su negocio, que cuenta con 400 trabajadores, asegura que no tendrá más remedio que minimizar sus operaciones para ahorrar costes si la situación continua.

"Las fábricas no pueden funcionar porque apenas hay trabajadores. Aproximadamente el 70% de los empleados del sector de la confección han dejado de trabajar", explica Yin Yin Moe, secretaria de la asociación de fabricantes de prendas de vestir de Birmania.

"Nuestro sector de la confección se basa principalmente en pedidos de países occidentales, pero en esta situación, los pedidos no llegarán y las fábricas no tendrán más remedio que cerrar", se queja.

Este sector, que emplea entre 500.00 y 700.000 personas, es vital en el crecimiento de la economía Birmana.

SANCIONES

La brutalidad de la junta birmana ha desencadenado además una oleada de sanciones económicas de potencias occidentales como EEUU, el Reino Unido y la Unión Europea.

El principal objetivo han sido los extensos intereses económicos de los militares, que cuentan con el control de dos enormes conglomerados Myanmar Economic Holding Limited (MEHL) y Myanmar Economic Corporation (MEC), que incluyen firmas locales de transporte, turismo, tabaco y minería, entre otros sectores.

Estas sanciones además de perjudicar el bolsillo de los jefes militares podría tener un impacto fuerte en las arcas del Estado, ya que solo MEHL es el segundo mayor contribuyente del país. EFE