Rusia no permitirá que le «arrebaten» a Bielorrusia

bielorrusia

Rusia aseguró este miércoles que no permitirá que nadie le "arrebate" a Bielorrusia y volvió a acusar a Occidente de entrometerse en los asuntos internos de la república exsoviética, sumida en una grave crisis política desde el pasado 9 de agosto.

"Vamos responder a eso de una manera contundente", dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa conjunta con su homólogo bielorruso, Vladímir Makéi, en Moscú.

Lavrov agregó que se refiere a los países que tratan ahora de "agitar la situación en Bielorrusia" y desde hace un tiempo intentan alejar a Minsk de Moscú a través de un "torpe flirteo".

En medio de la crisis política que estalló en Bielorrusia tras la victoria de Alexandr Lukashenko en las elecciones presidenciales del 9 de agosto, un resultado que no reconoce la oposición del país, Lavrov condenó los intentos de desestabilizar la situación en el país vecino ejercidos desde el exterior.

El jefe de la diplomacia rusa apoyó la iniciativa de Lukashenko sobre la puesta en marcha de una reforma constitucional en el país, y aseguró que un "diálogo nacional" puede solucionar la crisis bielorrusa.

Lea además: 4 bebés murieron en Italia a causa de una bacteria

"Y las autoridades (de Bielorrusia) están preparadas para ese diálogo nacional", afirmó.

Lavrov afirmó que Rusia está en contra de las discusiones de la crisis bielorrusa en organizaciones internacionales, al considerar los sucesos en el país eslavo como un asunto que incumbe exclusivamente a la propia Bielorrusia.

"Algunos miembros de esas organizaciones, entre ellas la OSCE y la ONU, tratan a toda costa de internacionalizar los acontecimientos en Bielorrusia y justificar así unos molestos intentos de ofrecer sus servicios de mediación", aseveró.

A su vez, Makéi señaló que el proceso para iniciar una reforma constitucional en Bielorrusia ya está en marcha y se preparan las enmiendas a la Ley Fundamental, que se someterán luego a un debate público.

"Creemos que es la forma más óptima de iniciar un diálogo en la sociedad sin infringir la ley y con el objetivo de estabilizar la situación", dijo.

La oposición bielorrusa rechazó con anterioridad la reforma propuesta por Lukashenko y abogó por la devolución de la primera Constitución bielorrusa, redactada en 1994.

La líder de la oposición, Svetlana Tijanóvskaya, afirmó además que las promesas "inciertas" de Lukashenko solo buscan ganar tiempo para "aplazar" su renuncia.