Se eleva a 29 los muertos por ola de incendios en Australia

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La policía australiana informó este domingo del fallecimiento de un hombre de 84 años que era tratado por las quemaduras sufridas durante los incendios forestales que asolan Nueva Gales del Sur (NWS), con lo cual se elevó a 29 el número de muertos en todo el país.       

El anciano sufrió quemaduras el 31 de diciembre en Cobargo, después de que un incendio arrasó la ciudad de Bega Valley, cuando defendía su hogar en una de las ciudades más afectadas por los incendios forestales.

El hombre fue trasladado al Hospital Concord en Sydney para recibir tratamiento, donde murió la madrugada del sábado.

El portavoz del gobierno de NSW, Sandi Logan, describió al hombre como un "verdadero soldado azul".

"Lamentablemente hemos perdido a otra víctima del incendio forestal de Cobargo después de las quemaduras sufridas en incendios en su propiedad", publicó Logan en Twitter.

Las 21 muertes han ocurrido en el noroeste de NWS como resultado de los devastadores incendios forestales que se registran desde octubre en esa región y han asolado más de cinco millones de hectáreas y destruido más de 2100 hogares.

Este fallecimiento eleva la cifra nacional de muertes a 29, con 21 muertes en Nueva Gales del Sur, cinco en Victoria y tres en Australia del Sur desde que empezaron los incendios en septiembre pasado.

 

Peligrosas inundaciones 

La muerte se produce cuando las inundaciones, en lugar de los incendios forestales, son el nuevo peligro en Nueva Gales del Sur.

Se espera que las lluvias continúen en NSW, lo que ha logrado disminuir los focos de incendio en 75, pero existe el temor de que los aguaceros puedan ser una "espada de doble filo" en algunas áreas

La Oficina de Meteorología advierte que las fuertes lluvias podrían provocar inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en partes del sureste de Nueva Gales del Sur y la costa sur, a medida que el sistema climático se mueva hacia Victoria en las próximas 24 horas.

Desde el septiembre pasado, los incendios han arrasado una superficie de más de 80.000 kilómetros cuadrados, mayor que la de Irlanda o Panamá, incluidas más de 2.000 viviendas.

Además, hasta mil millones de animales, principalmente mamíferos, aves y reptiles, se habrían visto afectados a raíz de estos devastadores incendios, según la estimación de ecologistas australianos.