Confirman muerte del cerebro de matanza de 125 niños en Pakistán

Islamabad, 18 oct (EFE).- Los talibanes paquistaníes confirmaron hoy la muerte del cerebro del asalto talibán al colegio de la ciudad de Peshawar en el que fallecieron 125 estudiantes en 2014, unos 15 meses después de que el Ejército de Pakistán anunciase que el terrorista había fallecido en un bombardeo de Estados Unidos.

"Confirmamos la muerte del califa Umar Mansoor", afirmó en un comunicado Mohammed Khurasani, portavoz del principal grupo insurgente del país, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP).

El portavoz no precisó cuándo ni dónde falleció Mansoor y solo añadió que será reemplazado por el califa Usman Mansoor como el jefe del grupo en las zonas de Darra Adam y Peshawar.

El Ejército paquistaní anunció el 13 de julio de 2016 que el comandante de la Misión Apoyo Decidido de la OTAN en Afganistán, el general estadounidense John W. Nicholson, había confirmado la muerte de Mansoor en el bombardeo de un dron en territorio afgano.

El anuncio del TTP llega después de que medios paquistaníes informasen de varios bombardeos con aviones no tripulados estadounidenses en la frontera de Afganistán y Pakistán en los dos últimos días con una treintena de muertos.

El Ejército paquistaní ha negado que esos bombardeos sucediesen en su territorio y ha afirmado que se trata de operaciones de la OTAN y tropas afganas en suelo afgano.

Mansoor fue el organizador del ataque en un colegio gestionado por el Ejército en la ciudad de Peshawar, en el que murieron 135 personas, entre ellos 25 niños, en diciembre de 2014.

También estuvo detrás del asalto a una universidad en el norte de Pakistán en el que murieron 25 personas, entre ellas varios estudiantes, profesores y guardias de seguridad, en enero de 2016.

Tras la masacre del colegio, el ex primer ministro paquistaní Nawaz Sharif levantó a finales de 2014 la moratoria que pesaba sobre la pena de muerte y se aprobaron tribunales especiales para casos de terrorismo, con unas 400 ejecuciones hasta ahora.

Además, provocó la intensificación de la operación militar en las zonas tribales contra el TTP, que continúa en la actualidad con nuevos operativos.