Madre y compañera, la historia de dos guerreras

nicaragua

Desde hace 34 años María Mendoza es madre, compañera y amiga de su hija Liliam José, una joven con discapacidad auditiva que pese a su condición decidió aprovechar las oportunidades que se le presentaron.  

En el Parque Nacional de Feria cada fin de semana sin retrasos llega a ofertar los accesorios que aprendió a elaborar en el Centro de Educación Especial Melania Morales, en Managua. 

 

 

Originarias de Chinandega desde hace 30 años habitan en la capital

"Desde que su papá murió ella se afligió mucho, pero llegó una profesora, directora, del Melania Morales y a ella me la capacitarán, me le ayudaron bastante y ahora que el Gobierno me la está ayudando más para poder venir a vender aquí, aquí es donde viene a vender todos los fines de semana", expresó María Liliam Mendoza, quien se encarga de vender las pulseras, aretes, cadenitas y otros artículos hechos por la joven Liliam José Martínez Mendoza. 

El apoyo más importante de esta joven es su madre, quien se ha dedicado a velar por su bienestar y ha sido el motor que la impulsa a conquistar metas. 

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"Como a ella no la entienden, entonces, yo tengo que andar con ella donde a ella la invitan, aquí, en todas partes voy con ella desde que el papá murió porque antes era su papá y yo quienes teníamos que ver por ella, pero ahora sólo yo", destacó la mujer que además crió a dos hijos más. 

Originarias de Chinandega desde hace 30 años habitan en la capital

Para estas dos mujeres la felicidad radica en saber que una cuenta con la otra. María Liliam Mendoza se siente orgullosa del esfuerzo que ha hecho su hija para vencer la limitación con la que nació y disfruta ver la satisfacción de su hija al sentirse útil y productiva.

"Pues yo me siento feliz apoyándola para seguir adelante porque lo lindo es trabajar, trabajar y trabajar con la ayuda del Señor y del Gobierno. Me siento muy orgullosa de su esfuerzo, bastante", expresó la abnegada madre. 

Originarias de Chinandega desde hace 30 años habitan en la capital

Originarias de Chinandega desde hace 30 años habitan en la capital,  doña María Mendoza cuida también de sus dos nietos mientras su hija menor y progenitora de los menores trabaja fuera de la capital para también llevar el sustento al hogar.