Los eclipses solares: claves en el universo de Avatar: The Last Airbender

Foto: Los eclipses solares: claves en el universo de Avatar: The Last Airbender/ Cortesía

En la serie de Avatar: The Last Airbender, los eventos astronómicos son clave para entender el poder o las decisiones de algunos personajes. Prueba de ello es el eclipse total de Sol que ocurre en la tercera temporada, en específico, durante los capítulos 10 y 11 de la tercera temporada.

La primera vez que nos enteramos de la importancia de un Eclipse Solar en Avatar, es en el capítulo 10 de la segunda temporada, donde Aang y compañía visitan la Biblioteca Oculta de Wan Shi Tong y descubren que los Maestros Fuego pierden su poder durante este evento astronómico.

Con esta información en mano, el equipo Avatar toma la decisión de enfrentar al Señor del Fuego durante el próximo Eclipse Solar, el cual ocurría un par de meses después dentro de la serie y así Aang pondría fin a la Guerra de los 100 años de manera pacífica.

Lamentablemente, los planes nunca salen como uno quiere y cuando inicia la invasión a la Nación del Fuego en pleno Eclipse Solar, el Señor del Fuego ya tenía un plan de escape, frustrando la victoria del Avatar y capturando a los ejércitos de la Tribu Agua del Sur y el Reino Tierra una vez el que el Sol haya regresado a la normalidad.

Foto: Los eclipses solares: claves en el universo de Avatar: The Last Airbender/ Cortesía

¿Eclipses lunares en Avatar?

Claro que a lo largo de Avatar: The Last Airbender, el Día del Sol Negro no es el único eclipse que vemos, pues en la primera temporada, durante la invasión de la Nación del Fuego a la Tribu Agua del Norte, podemos ver un eclipse lunar en el momento donde secuestran al espíritu de la luna.

Entre batallas, invasiones y planes frustrados, nos queda claro que los eclipses son tan importantes en nuestro mundo como en el de Avatar: The Last Airbender, claro que nosotros no debemos preocuparnos por perder nuestros poderes unos minutos o tener la sospecha de que mataron al espíritu de la Luna. Con esto mente, quizá no sea mala idea querer ser un Maestro Tierra.

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