Kim Kardashian abrió las puertas de su asombrosa casa en Calabasas para compartir un íntimo tour que dejó a muchos con la boca abierta.
Acompañada del clan West, Kim respondió las tradicionales 73 preguntas para Vogue, además de dar un recorrido en el que pudimos conocer hasta su cocina. El lujoso hogar de los West, se caracteriza por tener grandes ventanas, techos altos y una luz encantadora.
Kim describió su casa como un “monasterio minimalista”, además de que el interiorismo está inspirado en el trabajo del diseñador belga Axel Vervoordt y por supuesto de Kanye.
Durante la visita, el rapero se encontraba en una habitación rodeado de sus tres pequeños. Como nunca antes lo habíamos visto, sonrió en todo momento mientras jugaba con su hija menor, Chicago, y hacía bromas.
A un lado se aprecia una sala para estar con dos sillones y un ventanal con plantas que agrega un toque tropical a la residencia de los West.
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Kim confesó que lo que más ama de su esposo es que siempre es él mismo, además de que con él ha aprendido a tener más confianza en sí misma. Sobre su vida como mamá, Kardashian cree que lo más importante es enseñar a sus hijos a ser amables y tratar a todas las personas de la misma forma.
La paciencia es algo que sus pequeños le han enseñado a Kim, así como a valorar las cosas importantes de la vida.
La futura madre, recorrió los largos pasillos para llegar a un salón en donde está un extraordinario piano “Steinway”, al lado de una escultura de mármol. Kim solía tocar el piano pero no continuó con sus clases.
El tour siguió hasta el comedor que está compuesto de una larga mesa de madera, un sillón blanco y algunas sillas. En la misma estancia se encuentra la cocina de ensueño en donde terminó el recorrido.
No hay duda que los West llevan una vida relajada en su casa de Calabasas en donde disfrutan tiempo en familia mientras esperan la llegada de su cuarto bebé.
