Fin a una tradición: Corea del Sur prohíbe la carne de perro

Foto: Corea del Sur prohíbe el consumo de carne de perro /Cortesía
Foto: Corea del Sur prohíbe el consumo de carne de perro /Cortesía

La reciente prohibición nacional del consumo de carne de perro en Corea del Sur, anunciada en 2024, encendió un dilema social y económico sin precedentes. Según estimaciones oficiales, cerca de medio millón de perros permanecen en granjas, sin un destino claro tras la entrada en vigor de la ley.

La medida, saludada por activistas de derechos animales, generó también fuertes críticas por su aplicación apresurada, la falta de planificación y la escasa compensación a los productores afectados, informó la BBC.

Entre los más afectados están los criadores como Chan-woo, un joven productor con 600 perros a su cargo, quien podría enfrentar hasta dos años de prisión si no se deshace de los animales en un plazo de 18 meses.

Las organizaciones defensoras admiten que, si bien la prohibición es un avance ético, el plan de rescate y adopción no está funcionando. Muchos refugios están saturados, y los perros, en su mayoría de razas grandes o consideradas peligrosas como el tosa inu, enfrentan el riesgo de ser sacrificados, advirtió la BBC.

Foto: Corea del Sur prohíbe el consumo de carne de perro /Cortesía
Foto: Corea del Sur prohíbe el consumo de carne de perro /Cortesía

Corea del Sur prohíbe el consumo de carne de perro

Para los activistas, la solución ideal sería una red de adopción internacional. Ya se han enviado algunos perros a países como Canadá y Estados Unidos. Pero los recursos son limitados.

El gobierno prometió ayudas económicas de hasta 600 000 wones (450 dólares) por perro a quienes cierren sus granjas anticipadamente. Sin embargo, la mayoría de los criadores están endeudados, sin empleo alternativo ni capacitación, indica la BBC.

Además del debate ético, el conflicto cultural persiste. Aunque el consumo ha disminuido -solo el 8% dijo haber comido carne de perro en 2024, frente al 27% en 2015-, muchos como Joo Yeong-bong, pastor evangélico y criador, defienden su derecho a un medio de vida tradicional. “Estamos ahogados en deudas y no tenemos otra opción”, declaró a la BBC.

Mientras Corea del Sur intenta alinearse con estándares internacionales de bienestar animal, muchos temen que el problema reemplace la crueldad legal por la clandestinidad. Si no se extiende el período de gracia, alertan los criadores, 2027 podría ser el escenario de una tragedia humana y animal.

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