55 años de prisión para el hermano del autor del atentado de Manchester

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Londres, Reino Unido | AFP | Tres años después del atentado suicida de Manchester, la justicia británica condenó el jueves a cadena perpetua con un mínimo de cumplimiento de 55 años, al hermano del kamikaze por ayudarle a preparar la explosión que dejó 22 muertos en 2017 a la salida de un concierto.

En marzo, Hashem Abedi, de 23 años, fue declarado culpable por un tribunal criminal de la muerte de 22 personas, en este atentado reivindicado por el Estado Islámico y que se produjo en el exterior de una sala donde acababa de cantar la estrella estadounidense Ariana Grande.

Además, el joven británico de origen libio había sido declarado culpable de intento de asesinato y complot para poner en peligro la vida de otros.

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Conducido ante el tribunal desde la prisión de alta seguridad de Belmarsh, el acusado se negó a entrar en la sala donde se emitió el veredicto y en la que estaban presentes allegados de las víctimas. 

 

El acusado tampoco estaba representado legalmente ya que había despedido a sus abogados.

Hashem Abedi no corría el riesgo de recibir una cadena perpetua íntegra porque en el momento de los hechos tenía menos de 21 años. 

No obstante, "habría constituido una pena justa", dijo el juez Jeremy Baker al dar su veredicto.

Según él, el acusado es "tan culpable" como su hermano de los "crímenes atroces" cometidos. "No es un acontecimiento fortuito, sino el producto de una planificación cuidadosa y completa", explicó, describiendo a Hashem Abedi como un "joven inteligente".

"Estoy como muerta"

El hermano de Hashem Abedi, Salman, hizo explotar la bomba que cargaba consigo el 22 de mayo de 2017 en Manchester, en el norte de Inglaterra, a la salida de una sala de concierto que reunía a más de 21.000 personas. Veintidós murieron, entre ellas un niño y varios adolescentes.

Cuando su hermano Salman accionó la bomba, Hashem Abedi se encontraba a miles de kilómetros de Manchester, en Libia, su país de origen, al que se marchó un mes antes del atentado.

Fue detenido el 17 de julio de 2019 a su llegada a Londres, tras haber sido extraditado por Libia.

Además de las 22 personas que murieron, "237 resultaron heridas", 28 de ellas muy graves, había subrayado el fiscal Duncan Penny durante el proceso. "Un total de 670 personas quedaron traumatizadas psicológicamente", agregó.

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Familiares de las víctimas o sobrevivientes asistieron a los dos días de audiencia previos a la sentencia, en la sala o por videoconferencia.

Con lágrimas, algunos describieron su calvario. "Me quitaste algo más precioso que el oro, un chico magnífico", reprochó al acusado la madre de Liam Curry, de 19 años, sosteniendo una foto de su hijo. 

"Perder a uno de mis hijos me mató, estoy como muerta", declaró Samantha Leczkowski que, a pesar de sus heridas, había intentado en vano rescatar a su hija de 14 años. "Tuve que ver a Sorrell morir en mis brazos", dijo en una declaración leída en la audiencia.