La razón de porqué llamaban «pescaíto» a Gabriel Cruz

gabriel cruz

El final no puede ser más trágico, más desgarrador. El pequeño Gabriel Cruz, cuya búsqueda tuvo en vilo a toda España desde que desapareció el pasado 27 de febrero, fue encontrado muerto este pasado domingo en el maletero del coche de una persona de confianza, la novia de su padre, Ana Julia Quezada.

Ella fue quien descubrió la camiseta del niño de Níjar durante un rastreo cerca del barranco de Las Águilas, a tres kilómetros del lugar en el que se le perdió la vista. La zona había sido rastreada previamente por cientos de personas, por lo que el insólito hallazgo puso en alerta a los investigadores.

Con este fatal desenlace se rompió en pedazos la esperanza de los padres, Patricia y Ángel, que siempre lucharon por mantenerse en pie y creían que Gabriel volvería con ellos, al colegio, a jugar con sus amigos… Lo que sabemos del pequeño ha sido por boca de ellos y de otros familiares, quienes han descrito a un niño de buen comportamiento, inteligente, que jamás se habría escapado él solo. «¡Liberad a mi 'pescaíto'!», pidieron los progenitores rotos de dolor en una concentración en la capital almeriense.

 

Así llamaban con cariño a Gabriel, «pescaíto», porque le encantaban los peces. A sus tiernos 8 años de edad, se sabía los nombres de cientos de especies, algo que le entusiasmaba, dicen, casi desde cuando empezó a hablar.

Por eso, numerosos carteles, recuerdos y peticiones de liberación tenían peces de colores dibujados. Gabriel era un apasionado del mar y quería ser biólogo marino.

«Tiene que volver porque va a hacer cosas importantes», decía su madre con amor. «Tiene una curiosidad inmensa» y una «gran sensibilidad», añadía corrigiendo a veces los tiempos verbales para utilizar el presente, esperando una «llamada», una buena, que, por desgracia, nunca llegó.