Cuarenta menores se suicidaron en Moscú en 2017 influenciados por «grupos de la muerte»

Moscú, 6 feb (EFE).- Un total de 40 menores de edad se quitaron la vida en Moscú, capital de Rusia a lo largo de 2017 por influencia de "grupos de la muerte" en páginas web, según informaron este martes fuentes oficiales.

"Hay páginas de suicidas. Solo en Moscú y su provincia cuarenta chicos se suicidaron tras acceder a esas páginas", dijo hoy Alexandr Bastrikin, titular del Comité de Instrucción de Rusia.

Se preguntó: "¿Cuántos niños más tenemos que perder para tomaremos en serio ese asunto?".

El jefe del CI recordó que previamente los investigadores rusos propusieron bloquear páginas web sospechosas sin esperar la autorización judicial.

"Estamos hablando de un enfoque equilibrado, sin caer en extremos. Precisamente en internet es donde hoy en día se libra una guerra por nuestra juventud, por el camino que va a tomar", sentenció.

El año pasado Rusia aprobó una ley que impone penas de cárcel de hasta seis años por la inducción al suicidio a los menores en un intento de frenar la propagación de los llamados "grupos de la muerte" en las redes sociales.

La norma, implantada después de que la prensa denunciara la existencia de "grupos de la muerte" virtuales que habrían empujado al suicidio a más de un centenar de adolescentes rusos, elevó la incitación al suicidio a categoría de delito grave.

El mayor número de suicidios infantiles en Rusia se registró en 2016, con 720 muertes, según las estadísticas oficiales. 

Todo comenzó hace más de un año. En un inquietante artículo difundido en mayo del 2016 en ‘Novaya Gazeta’ y titulado ‘Los Grupos de la Muerte’, la periodista Galina Mursaliyeva daba cuenta por vez primera de la existencia en Rusia de “numerosas comunidades de internautas” en la red social VKontakte, una suerte de versión rusa de Facebook, donde se incitaba a los chicos “al suicidio”.

Lo más preocupante, según denunciaba el texto, era el desconocimiento de los padres acerca de lo que estaba sucediendo, los cuales no habían observado “ningún cambio” en el comportamiento de sus hijos.