Australiana que se acostó con 10.000 hombres cuenta sus experiencias

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Gwyneth Montenegro tiene 39 años y es australiana. Esta extrabajadora sexual, que se ha acostado con más de 10.000 hombres, ha escrito un libro donde revela todo lo que aprendió en el mundo de la prostitución. ‘The Secret Taboo’ narra la historia de esta mujer con la esperanza de transmitir sus conocimientos y elaborar una “guía paso a paso sobre cómo vender el cuerpo a cambio de dinero”.

 

Las ideas de Montenegro sobre la industria están destinadas a dar poder a las mujeres sobre sí mismas, pero muchas personas temen que el libro aliente a las más jóvenes a hacer cosas con las que no se sienten cómodas para ganar dinero y agradar a los hombres. Desde su lanzamiento, este título ha generado una ola de controversia. El libro ha sido criticado por muchas personas que afirman que enseña a otras mujeres jóvenes a ser prostitutas. “Genial, ahora tengo que preocuparme de que una mujer intente enseñar a nuestros hijos a ser malos y tener sexo por dinero”, escribía una usuaria de Twitter.

Montenegro afirma que no se trata de vender tu cuerpo, sino de ser “financieramente exitosa”. “No solo se trata de sobrevivir sino que quiero enseñar cada consejo y cada truco que se necesita para obtener las mayores cantidades de dinero posible en la industria y salir de ahí triunfante. Si vas a hacerlo, hazlo bien y luego vete”, explica.

Una mujer tiene derecho a decidir lo que quiera sobre su cuerpo. Somos seres humanos y nadie debe impedir que lo hagamos.

“En la escuela me intimidaban porque era muy tímida, introvertida y tenía muy baja la autoestima. Fui un blanco fácil y era la típica chica que nunca pensarías que pudiera llegar a ser trabajadora del sexo”, afirma la prostituta de lujo en declaraciones recogidas por el ‘Daily Mirror’. Esta actitud se agravó cuando perdió su inocencia a manos de varios hombres que la violaron. Sin embargo, todo cambió cuando creció y se dio cuenta de que podía transformar su cuerpo en una herramienta de trabajo.

Deseando ganar dinero, se sintió atraída por los burdeles de lujo, donde comenzó a trabajar desde su adolescencia y donde se acostaba con hombres “conocidos” y de “alto ‘standing”, un 90% de ellos casados”. Si alguno de estos notables quería pasar una noche con ella, debían pagar cantidades en torno a los 1.500 euros.

Qué debes hacer

Entre las ideas que se revelan en el libro, esta mujer confirma que cada hombre tiene un gusto diferente y desea un tipo de cuerpo femenino distinto. “No hay que ser la más sexy de todas. Estar bien arreglada, cómoda, confiada, tener un buen ambiente y ser enérgica y profesional será todo lo que necesites”, explica.

Montenegro dice que no es cierto que los hombres solo estén interesados en las más jóvenes. Cree que las escorts de todas las edades tienen su público y además un gran éxito financiero. “Hay muchas mujeres y de diferentes formas, tallas, edades y antecedentes que ganan dinero con su cuerpo”.

Esta prostituta de lujo afirma que es un mito que todos los hombres quieran “servicios perversos”. La mayoría, según ella, prefiere sentirse deseado, necesario y querido. “Muchos quieren a alguien con quien puedan tener una conversación sin sentirse juzgados y que haya una buena conexión”, comenta.

 

“Si alguien va a tomar la decisión de hacer este trabajo, debe considerar todos los aspectos prácticos, las emociones, la seguridad y las ramificaciones económicas. Además, tienen que planificar una estrategia de salida desde el principio. Hay que pisar con mucho cuidado porque vivimos en una sociedad muy retrógrada en la forma en la que maneja el sexo”, confiesa. “Una mujer tiene derecho a decidir lo que quiera sobre su cuerpo. Somos seres humanos y nadie debe impedir que lo hagamos”, afirma Montenegro.

Cuidado con las adicciones

El concepto más erróneo sobre las escorts es decir que es un trabajo “fácil” y que todas son “ninfómanas”. “Esta industria atrae a personas que quieren ganar dinero de la manera supuestamente más fácil, pero puede ser un paraíso para los tontos. Puede absorberte y luego escupirte, dejándote desilusionada y arrepentida. La mayoría de los clientes no son celebrities y algunos proyectan su ira, culpabilidad y envidia sobre ti. Es algo muy duro”, confiesa.

“No me siento culpable por haberlo hecho, los hombres no acudirían a mí si recibieran todo el sexo que quieren de sus mujeres. Son hombres y no pueden apagar su deseo biológico, por eso recurren a mis servicios. En una ocasión uno de mis clientes me dijo: ‘Yo amo a mi esposa, estoy enamorado de ella, pero sólo tengo sexo tres veces al año y no puedo aguantarlo”, destaca Montenegro.

 

Muchos quieren a alguien con quien puedan tener una conversación sin sentirse juzgados.

Viendo que no paraba de trabajar, decidió llevar la cuenta de todos los hombres que disfrutaban de sus servicios. Llenó varios cuadernos pues, a día de hoy, la cifra asciende a más 10.000. Pero no todo ha sido bueno en este camino. El dinero provocó que se enganchara a la bebida y a las drogas. “Empezó como una broma, pero la cocaína y el champán son muy adictivos. Así se fueron 12 años de mi vida”.

Esta prostituta cree que la sociedad no debe juzgar a nadie. “Consideré que quizá me estaba pillando los dedos escribiendo este libro, pero creo que mi corazón está en el lugar correcto. En mi opinión, no tienen autoridad para juzgarlo, no es posible ponerse en la piel de la trabajadora sexual porque pocas viven nuestra realidad. ¿Cómo se puede ser tan engreído?”.