Regalan al papa un Lamborghini, cuya subasta ayudará a cristianos de Irak

Ciudad del Vaticano, 15 nov (EFE).- La casa automovilista italiana Lamborghini regaló hoy al papa Francisco una edición especial de su modelo "Huracan" de color blanco y con detalles en oro, los colores de la bandera vaticana, que será subastado para ayudar a regresar a Irak a las comunidades cristianas desplazadas.

Se trata de 12.000 personas de las comunidades sirio-católicas, sirio-ortodoxas y caldeas.

El Lamborghini fue entregado antes de la audiencia general por los dirigentes de la casa automovilística y bendecido por el papa.

Será subastado por la casa Sotheby's y Francisco ha decidido que el dinero vaya al proyecto de la organización "Ayuda a la Iglesia que sufre", para que puedan regresar al valle de Nínive las comunidades cristianas que tuvieron que huir de allí con la llegada de las milicias del Estado Islámico.

Otra parte del dinero obtenido con la subasta del vehículo, cuyo precio en el mercado es de cerca de 200.000 euros, irá a la comunidad Papa Juan XXIII que se ocupa de mujeres víctimas de la trata. 

 

En contexto

 El papa Francisco indicó hoy a los fieles que rezar es hablar con Dios y no repetir como "papagayos", durante su catequesis en la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.

Francisco abordó hoy el tema iniciado el pasado miércoles de la celebración eucarística y aseguró que no "se entiende la misa si no se entiende la oración que es "el encuentro con Dios".

Dijo que lo primero es "aprender a decir Padre" y sobre todo saber encontrar "momentos de silencio" a lo que añadió que en misa "no se habla con quien se siente al lado"

También explicó que para rezar bien se necesita "esa capacidad de asombro, de dejarse sorprender, como la tienen los más pequeños, para reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas".

"El encuentro con el Señor es siempre un encuentro vivo, no es como ir al museo. Vamos a misa no al museo", aseveró.

Para el papa "la misa es oración, es la oración por excelencia, la más alta, la más sublime y al mismo tiempo la más concreta".

El pontífice también reiteró que la misa no es "un espectáculo" como ya hizo el miércoles pasado cuando reprendió a los fieles, pero también a religiosos e incluso obispos, que se dedican a sacar fotos durante la celebración.