Admiten fallos en las comunicaciones el día del incendio en Portugal

Lisboa, 23 jun (EFE).- La Protección Civil lusa admitió que desde la tarde del sábado, cuando ya ardía el devastador incendio de Pedrógão Grande, y durante cuatro días se produjeron fallos en el sistema de comunicaciones que coordina a las fuerzas de seguridad y emergencia de Portugal.

Así se recoge en la respuesta enviada por la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC) de Portugal a las preguntas del primer ministro luso, António Costa, sobre la tragedia de Pedrógão Grande, publicada hoy en la página web del Gobierno.

La ANPC reconoció que el sistema que permite la intercomunicación de las fuerzas de seguridad y emergencia del país para su mejor coordinación, conocido como SIRESP, empezó a fallar a las 19:45 (hora local) del sábado, unas cinco horas después del inicio del incendio, y se extendieron durante cuatro días.

"Desde las 19:45 del día 17 de junio hasta el día 20 de junio, se verificaron fallos en la red SIRESP en el teatro de operaciones", recoge el documento.

Para solucionar la situación "fueron utilizadas comunicaciones de redundancia", señaló el organismo, que recurrió a otros sistemas que permitieron "asegurar las comunicaciones asociadas a la operación".

Estas comunicaciones empezaron a utilizarse a las 21:22, según la línea del tiempo expuesta por la ANPC.

Aun así, reconoce que la interrupción de la red SIRESP "se hizo sentir, sobre todo, a nivel del comando y control de las operaciones, por no permitir, en el momento, el flujo de información entre los operativos y el puesto de comando".

El funcionamiento del SIRESP la noche de la tragedia ha sido muy cuestionado en Portugal esta semana, cuando analiza si provocó una falta de coordinación entre las diferentes autoridades que podría haber afectado a la gestión de la tragedia.

Principalmente, se cuestiona por qué la carretera nacional EN-236, en la que murieron 47 personas, 30 de ellas en sus vehículos, no fue cerrada al tráfico a tiempo.

El incendio de Pedrógão Grande, la mayor tragedia forestal de la historia de Portugal, dejó 64 víctimas mortales y 254 heridos, según el último balance de las autoridades.