El juicio por el impactante robo a Kim Kardashian en París en 2016 ha desvelado escenas dignas de una película de suspenso. La estrella de reality fue asaltada a punta de pistola en su lujosa suite durante la Semana de la Moda; y ahora, su estilista y amiga de infancia, Simone Harouche, ha ofrecido un emotivo testimonio.
“Tengo bebés y necesito vivir”; suplicó Kardashian aquella noche, según Harouche, quien recordó sus gritos desgarradores y el estado de pánico absoluto en el que quedó tras ser atada por los ladrones.
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El atraco, ejecutado por un grupo de delincuentes de edad avanzada apodados los “ladrones abuelo”; resultó en la pérdida de joyas valoradas en más de £7.5 millones, incluyendo un anillo de compromiso de 18,8 quilates que Kanye West le había regalado.
La mayoría de los acusados tiene más de 60 años, y uno de ellos, Yunice Abbas, incluso publicó un libro relatando su participación, complicando su defensa.

Kim Kardashian enfrenta a los “ladrones»
El líder del grupo, Aomar Ait Khedache, alias “Old Omar”; admitió haber atado a Kardashian, pero niega ser el cerebro del golpe. El juicio, que ha capturado la atención del mundo, culminará el 23 de mayo y se espera que la propia Kardashian testifique.
El caso no solo refleja la audacia del crimen organizado, sino también las vulnerabilidades de las celebridades, más allá del glamour.

En esta historia de lujo, miedo y justicia, Kim Kardashian no es solo una víctima; se ha convertido en el símbolo de una fama que, incluso bajo reflectores, puede estar peligrosamente expuesta.