Kim Kardashian volvió este martes al centro de la escena, no en la alfombra roja, sino en un tribunal parisino, donde testificó en el mediático juicio por el violento robo de joyas que sufrió en 2016 en un hotel de lujo de la capital francesa.
La influencer, visiblemente emocionada, relató entre lágrimas el momento en que creyó que iba a morir.
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«Les supliqué que me dejaran vivir, tenía que volver a casa con mis bebés«, declaró Kardashian ante una sala abarrotada de prensa internacional. La estrella estadounidense recordó cómo fue atada por los atracadores armados, que escaparon con joyas valoradas en 10 millones de dólares.
Diez sospechosos están siendo juzgados desde abril. La mayoría son hombres de entre 60 y 70 años, apodados «el viejo Omar» u «Ojos Azules«, en un caso que parece sacado de una película del cine negro francés. Aomar Ait Khedache, alias «el viejo Omar«; admitió haber participado en el robo, aunque negó haberlo planificado.

Kim Kardashian frente a sus asaltantes
Durante la audiencia, también testificó Simone Bretter, ex estilista de Kardashian, quien recordó el terror de aquella noche. «Pensé que estaban violando a mi amiga, que la matarían. Entonces yo sería la siguiente»; dijo.
Las autoridades creen que el golpe fue facilitado por Gary Madar, hermano del chófer de la celebridad en París. Su abogado, sin embargo, minimizó la acusación recordando que Kardashian tenía millones de seguidores atentos a cada uno de sus movimientos.
La mediática comparecencia de Kim no solo trajo luz al caso, sino también una poderosa imagen del trauma que dejó una noche que marcó su vida para siempre.
