Bad Bunny en el ojo de la tormenta: críticas de «PETA» por montar a caballo en concierto

Parece ser que a Bad Bunny no se le perdona todo y eso ha quedado más que claro luego de que la organización estadounidense sin fines de lucro de derechos de los animales, PETA, expresara su desacuerdo con la actuación del conejo malo durante su concierto del 23 de febrero.

El motivo de la controversia fue la entrada del cantante al escenario montando a caballo, generando críticas por parte de la entidad defensora de los derechos animales.

«No estamos de acuerdo con este acto irresponsable. ¿Por qué pensaste, Bad Bunny, que era una buena idea exponer a un caballo al ruido, las luces, la niebla y los gritos de miles de personas? El caballo parece estresado y claramente NO QUIERE ESTAR AHÍ»; se lee en el comunicado.

La organización además hizo un llamado de reflexión al artista y le pidió que no incluya más animales en sus espectáculos ya que ellos solo quieren vivir en paz y no ser utilizados para algún show.

Le piden a Bad Bunny que no lo haga.

Foto: el conejo malo criticado por maltrato animal/Cortesía

La crítica de PETA se centra en las condiciones del entorno del concierto, que, según la organización, no eran las más adecuadas para el bienestar del animal. La controversia sigue generando debate en redes sociales, mientras los fans de Bad Bunny esperan una respuesta por parte del artista ante estas acusaciones de maltrato animal.

Cabe señalar que, hasta el momento, el famoso no ha mencionado nada al respecto.

La controversia desatada por la actuación de Bad Bunny ha puesto de manifiesto la sensibilidad cada vez mayor hacia el bienestar animal en eventos públicos. El debate no solo se centra en la responsabilidad del artista, sino también en la conciencia colectiva sobre el trato ético a los animales en la industria del entretenimiento.

La presión de organizaciones como PETA refleja un cambio de paradigma en la percepción de las acciones que involucran a los animales, desafiando a figuras públicas a considerar más cuidadosamente el impacto de sus decisiones en este ámbito.

La postura de PETA no solo insta a Bad Bunny a reflexionar sobre sus acciones, sino que también abre un diálogo crucial sobre la responsabilidad moral de los artistas y la importancia de adoptar prácticas más éticas en la producción de espectáculos. Esta situación resalta la necesidad de promover el respeto y la empatía hacia todas las formas de vida, incluso en el contexto del entretenimiento, donde el poder de influencia de las celebridades puede incidir en cambios significativos hacia una mayor protección animal.

El Radar.