Al menos 30 estudiantes fueron arrestados en la Universidad de Washington, después de tomar parte de un edificio para protestar contra los vínculos del campus y el genocidio en Palestina.
La toma se produjo en el Edificio de Ingeniería Interdisciplinaria poco antes del cierre del recinto, según un comunicado de la universidad.
El grupo «Estudiantes Unidos por la Igualdad y el Retorno de Palestinos» se atribuyó la acción, exigiendo que la Universidad de Washington cese sus vínculos con la empresa Boeing; debido a sus negocios con Israel en el contexto de la guerra en Gaza, calificada por los manifestantes como genocida.
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Imágenes difundidas en redes sociales mostraron enfrentamientos entre los manifestantes y la policía; así como contenedores de basura incendiados en la calle. Agentes antidisturbios ingresaron al edificio para desalojar a los activistas.
Un representante de los manifestantes declaró que el objetivo de la protesta es eliminar la «influencia de Boeing y otras empresas manufactureras» del ámbito educativo de la universidad. Boeing, una importante empresa de defensa con una larga relación con la Universidad de Washington, es el foco de las críticas de los activistas.

La Universidad de Washington arde
La universidad informó que los manifestantes se cubrieron los rostros y bloquearon las entradas del edificio con mobiliario. Este incidente se produce un año después de que activistas ocuparan las instalaciones de la UW durante tres semanas; exigiendo el fin de los lazos con Boeing e Israel. Aquella protesta se disolvió tras un acuerdo con la universidad y la aparición de grafitis.
Estas protestas universitarias se desarrollan en un contexto de tensión promovido por el presidente Donald Trump, quien ha criticado a algunas instituciones, como Harvard; y ha retirado subvenciones argumentando que se utilizan para promover protestas propalestinas. Se trata de una política discriminatoria y represiva de su gobierno hacia todas las personas que critiquen a su aliado, Israel.
La Universidad de Washington asume la postura represiva promovida por la Administración Trump y califica estas protestas de «antisemitas» una narrativa que; según los activistas, constituye un discurso instrumentalizador que ha permitido la encarcelación de estudiantes con estatus legal en el país y los ha colocado al borde de la deportación.
Protestas en campus
Victor Balta, portavoz de la universidad, confirmó que alrededor de 30 personas enfrentan cargos por allanamiento, destrucción de propiedad y alteración del orden público; mientras que algunos también son acusados de conspiración tras su aprehensión.
Mientras miles de estudiantes de esa nación levantan sus voces y enfrentan la represión policial para exigir que su país cese el envío de armas al Ejército de Israel armamento que termina lanzando bombas sobre niños palestinos; los centros de altos estudios se alinean con el conservadurismo y el sionismo, y criminalizan estas manifestaciones.