Pensó que tenía una basurita en el ojo pero en realidad era algo peor

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Un hombre de Kentucky que acudió al médico con un ojo irritado recibió la desagradable noticia de que lo que tenía era una garrapata incrustada.

WYMT-TV informó que un optometrista utilizó pinzas para quitar la garrapata del ojo de Chris Prater.

Prater trabaja para una compañía eléctrica y había dejado un lugar de trabajo donde su equipo había retirado un árbol de las líneas eléctricas cuando su ojo comenzó a molestarle.

Notó un pequeño punto en su ojo y trató de enjuagarlo varias veces sin éxito. Finalmente, fue al médico y admitió que se “asustó un poco” con el diagnóstico.

Después de adormecer el ojo de Prater, el médico le quitó la garrapata

Prater dice que después de ese desagradable incidente ahora siempre usa repelente de insectos antes de comenzar cada día de trabajo, "pero no puedes rociar tus ojos".

Un usuario de Facebook publicó una imagen de la garrapata del venado cuando aún estaba incrustada en el ojo de Prater. La publicación ha recibido desde entonces casi 160,000 acciones, 78,000 reacciones y 251 comentarios.

 

Después del procedimiento, el médico le dijo a Prater que se aplicara gotas de esteroides en el ojo y que tomara algunos antibióticos para prevenir la infección. También necesita someterse a controles de seguimiento para asegurarse de que su ojo esté sano y salvo.

Prater ofreció consejos a las personas que podrían encontrar lo mismo mientras permanecen al aire libre.

"Hay muchos niños que van de excursión, acampan, solo les insto a rociar", bromeó. 

Peligros de las picaduras de garrapatas

Las personas alérgicas a las picaduras de garrapatas pueden experimentar dolor o hinchazón en el lugar de la mordedura, erupciones, sensación de ardor en el sitio de la mordedura, ampollas y dificultad para respirar en casos graves.

Las garrapatas también pueden transmitir ciertas enfermedades  que son muy dañinas para los humanos. Ser mordido por un insecto portador de la enfermedad puede causar erupciones, rigidez en el cuello, dolores de cabeza, náuseas, debilidad, dolores musculares o articulares, fiebre, escalofríos e inflamación de los ganglios linfáticos.