Nueva York participa en tradicional desfile del Día de Acción de Gracias (FOTOS)

Nueva York, 23 nov (EFE).- Nueva York participó hoy un año más en el tradicional desfile del Día de Acción de Gracias, una costumbre que se remonta a 1924 y que en esta ocasión estuvo rodeado de especiales medidas de seguridad.

El desfile, organizado por la cadena comercial Macy's, recorrió calles del centro de la isla de Manhattan y se esperaba que lo siguieran a lo largo del recorrido 3,5 millones de personas, con más de 8.000 participantes.

Durante la marcha hubo diecisiete enormes globos con personajes de películas infantiles y series de televisión, así como decenas de carrozas alegóricas y bandas de música.

La celebración, en una mañana fría, se desarrolló en medio de especiales de medidas de seguridad por el reciente atentado terrorista en Nueva York, el 31 de octubre, y los disparos contra una multitud en Las Vegas, el 1 de octubre.

La seguridad especial incluyó el despliegue a lo largo del recorrido de 81 camiones llenos de arena para evitar ataques como el del 31 de octubre, cuando un inmigrante uzbeko simpatizante del terrorismo islámico atropelló a decenas de personas, con un saldo de ocho muertos y doce heridos.

También se colocaron francotiradores en tejados de edificios y unidades especiales para detectar posibles explosivos.

Las autoridades dijeron que las medidas de seguridad especiales no están ligadas a ninguna amenaza específica contra la ciudad.

Desde que comenzó este desfile del Día de Acción de Gracias, solo quedó interrumpido entre 1942 y 1945 por la II Guerra Mundial. Aunque en los primeros años llegaron a participar animales del zoológico de la ciudad, la costumbre de los globos comenzó en 1927. 

En contexto

Después de las peleas de sobremesa del último Día de Acción de Gracias, marcado por la victoria electoral de Donald Trump, las familias estadounidenses han pactado este año dejar la política fuera del menú: no hablar del tema o no reunirse para evitar disgustos.

Cada cuarto jueves de noviembre, los estadounidenses viajan a lo largo y ancho del país, abarrotando carreteras y aeropuertos, para cenar con sus parientes en la que es la cita familiar más importante del año.