Honran en Chicago al nacionalista puertorriqueño Óscar López

CHICAGO (AP) — Los partidarios del nacionalista puertorriqueño Óscar López Rivera, liberado de arresto domiciliario esta semana tras pasar décadas en prisiones estadounidenses, le dieron una recepción de héroe el jueves en Chicago con un desfile en su honor y la develación del letrero de una calle que lleva su nombre.

Con López al frente del desfile y acompañado de varios políticos locales, una multitud entusiasta de algunos cientos de personas los seguía detrás mientras ondeaba banderas de Puerto Rico. Una llevaba un letrero que afirmaba “Bienvenido a casa Óscar”, mientras que otro cartel rezaba “Libre al fin”.

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López, que se mudó a Chicago desde Puerto Rico cuando era niño, pertenecía a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Con voz débil, habló ante los participantes después de que habían avanzado varias cuadras.

“Es importante en este mundo trascender al odio y al miedo”, afirmó, y se refirió a una “lucha que continúa” en nombre de Puerto Rico. Sin embargo, dijo que dichos esfuerzos deberían ser en el contexto de la educación y de lo que llamó pensamiento crítico de la juventud puertorriqueña, que se encuentra en la diáspora.

En el mismo lugar, López, con ayuda de otras personas, retiró la cubierta del letrero de la calle renombrada, que ahora dice “Oscar Lopez Rivera Way”.

El acto se llevó a cabo en Humboldt Park, un barrio en el West Side de Chicago con gran presencia de la comunidad boricua. Banderas puertorriqueñas de metal colocadas sobre una avenida indican el lugar de origen de muchos de sus residentes. Había afiches en respaldo de López en diversas tiendas.

A pedido de varios congresistas, incluido el demócrata Luis Gutiérrez de Chicago, el entonces presidente Barack Obama conmutó la sentencia de López en enero. Un sonriente Gutiérrez caminó tomado del brazo del independentista durante el desfile del jueves.

Pero muchos partidarios de López dicen que éste era un prisionero político y apuntan a que no fue declarado culpable de cometer ataques ni de dañar a nadie. Sus sentencia en 1981 a 55 años de prisión fue por conspiración sediciosa, robo a mano armada y otros cargos.