Boaco se desborda en paz y tranquilidad a celebrar a la virgen María

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¿Quién causa tanta alegría?, ¡La Concepción de María!, es el grito de los boaqueños. 

Desde muy tempranas horas los habitantes de Boaco se desbordaron a los diferentes barrios para celebrar la Gritería, tradición que se viene realizando desde hace muchos años por familias devotas e instituciones del estado; los altares llenos de luces y vistosos colores, resaltan la creatividad e ingenio de sus creadores, que busca enaltecer la imagen de la Virgen María.

"El dia de hoy estamos compartiendo con nuestras familias boaqueñas, como tradicionalmente lo hemos venido haciendo como Gobierno Municipal del Frente Sandinista, promoviendo y manteniendo nuestro folclore, a como es la tradición de la Purísima. Las familias siempre vienen a celebrar con nosotros aquí en el parque", decía la alcaldesa de Boaco, Karla Espinoza. 

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Para algunas familias, celebrar la Purísima en sus hogares es una tradición de generaciones y durante todo el año pasan ahorrando para comprar los productos que conforman la tradicional verruga, entre los cuales se encuentran matracas, indios, escobillas, canastitas y los carritos de madera. 

"Todos los años celebramos a la Concepción de María con mucho amor, con mucha devoción y con mucha fe a ella; a nosotros desde pequeños nos enseñaron que ella es nuestra Madre Santísima y que intercede por nosotros con nuestro Señor", mencionó Cony Pérez Martínez. 

"Con humildad y cariño le he elaborado este significativo altar a Nuestra Madre, la Madre de Dios. En el Apocalipsis habla de una mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies y una corona de 12 estrellas, entonces ahí se puede observar entre nubes, y es una tradición que no se debe de perder", comentó Francisco Rolando Sandoval, devoto de la Concepción de María

Durante estas fiestas marianas las distintas instituciones de socorro así como la Policía Nacional garantizaron la seguridad de los pobladores, para que pudieran cantarle en paz y tranquilidad a la Inmaculada Concepción de María.