Las ratas en Vietnam no son plaga, son comida

En la localidad de Van Binh, Tran Quang Thieu, que es un cazador de la zona y su equipo trabajan día y noche en los campos, donde afirma que los roedores devoran hasta un 20% de la producción de arroz. En Vietnam, este producto es esencial para la economía del país, segundo exportador mundial de este grano.

Thieu, un campesino reciclado en cazador de roedores hace unos 15 años, admite que «es muy difícil capturar a las ratas, son muy inteligentes y corren hasta a 2,7 metros por segundo» y detalla que «en Vietnam hay más de 43 especies de ratas diferentes».

Todo comenzó en 1998 cuando inventó unas trampas increíblemente efectivas, que funcionan sin cebo y se basan en un mecanismo físico. «Las ratas arrasan cada año cerca de 500.000 hectáreas de arrozales y provocan pérdidas por cientos de millones de dólares, sin mencionar los riesgos transmisibles al hombre», confirmó Nguyen Manh Hung, del instituto de Ciencias Agrícolas.

Thieu, conocido como «pequeño rey», cuenta que reciben pedidos de todo el país, pero que no pueden hacer todo por falta de tiempo. De las ratas que captura Thieu, una parte está destinada a los restaurantes y el resto es entregado a los campesinos como alimento.

«Desde la guerra la gente, en especial los campesinos, lo consumen, a falta de otras carnes», cuenta Thieu. Asadas, cocidas al vapor o al limón, el roedor se prepara en una gran variedad de platos, según las costumbres locales, al igual que el perro o el gato.

Sin datos oficiales sobre el consumo en este país, los diarios locales aseguran que cada día el país importa 3 o 4 toneladas de carne de los países vecinos.

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Hanói, Vietnam | AFP