La iglesia universal y sus fieles preparan el camino para la venida del supremo con una misión definida, llegar a todo aquel que no le conozca, por lo que su constante preparación cada día es mayor.
El clero, obispos y guías espirituales están preocupados enormemente por la pérdida de valores, la pasividad de los padres quienes les han permitido a los jóvenes sigan tomando caminos contrarios a los permitidos, razón a la que se dirige esa preparación.
Ésta no solo va dirigida a todos los creyentes, sino también a toda la comunidad cristiana, líderes comprometidos y guías espirituales. Este esfuerzo fortalecerá esa cadena humana, para enseñar el camino a seguir y por el cual luchar.
Ahora cada uno de ellos quienes forman la iglesia militante, la iglesia viva, se comprometieron a transformarse en misioneros, comunicando la alegría de la venida de Cristo, acorde al entendimiento y armonía que debe existir en su entorno y dentro de cada cristiano creyente.
Claudia María Chávez
