Chinandega: Extranjero se suicida

Un extranjero de origen francés se cortó la yugular y los pulsos con un vidrio en un hotel de Chinandega donde se hospedó la mañana del miércoles.

Una testigo (huésped) que descansaba a la par de la habitación del foráneo, fue quien dio la alerta tras escuchar ruidos en la habitación. «Escuché como que quebraban algo de vidrio y al salir de la habitación pude ver al hombre a través de la ventana tirado en la cama bañado en sangre» dijo.

Los gritos de la mujer movilizaron a los trabajadores del hotel, quienes llamaron de inmediato a los bomberos y a la Policía pero ya era demasiado tarde, pues el hombre ya estaba tendido y lleno de sangre sobre la cama del cuarto en el que se hospedaba, contó nerviosa la recepcionista del lugar quien no quiso revelar su nombre.

El hombre fue identificado como Juan Carlos Balladares Anres, de 49 años de edad, encontrado muerto y ensangrentado en horas de la noche del miércoles en la habitación 06 del hotel El Chinandegano, ubicado en el centro de la ciudad.

El cuerpo de Investigadores, perito y el médico forense del departamento de Auxilio Judicial de la Policía Nacional de Chinandega, llegaron al lugar. Según datos preliminares indican que el extranjero se registró en el hotel a las 11:00 de la mañana del miércoles y no se volvió a ver más hasta en la noche que se escuchó que quebraba el vidrio de la ventana de la habitación.

El doctor Roger Pereira Umaña médico forense, dijo que la víctima estaba boca arriba en la cama y presentaba varias cortadas en ambos brazos y en el cuello las que hicieron que se desangrara hasta morir.

La Policía encontró en la habitación de Balladares Anres un folder con dos pasaportes, uno con la nacionalidad guatemalteca número 253606152 y otro con la francesa, más partículas de vidrio y manchas hemáticas en el baño donde se presume inició a cortarse frente al espejo.

Hasta el momento se desconocen los motivos que llevaron al extranjero a quitarse la vida. El cuerpo fue remitido al Instituto de Medicina Legal en Managua, a la espera que lleguen sus familiares a reclamarlo.

Belkiss Medina