Debaten en Chile futuro de la Antártida

Con el cambio climático, el turismo y la exploración científica en el centro de la discusión, arrancó este lunes en Santiago la 39º reunión consultiva del Tratado Antártico, una instancia que busca ajustar las reglas de cooperación multinacional en el continente blanco.

En el 25 aniversario del protocolo sobre protección del medio ambiente firmado en Madrid, representantes de más de 50 países elaborarán propuestas, y por consenso adoptarán resoluciones que aseguren la armonía en la administración de recursos y conservación de la Antártida.

«Lo que va a marcar esta reunión es la dimensión ambiental, el creciente desafío del cambio climático«, señaló el canciller chileno, Heraldo Muñoz, en rueda de prensa a minutos de la apertura oficial del evento.

Muñoz destacó que a la dimensión medioambiental se sumará el debate sobre los protocolos de cooperación científica. En este sentido, Muñoz consideró que es vital que los países interesados en explorar el continente blanco utilicen las bases ya existentes, evitando así sumar contaminación con la fabricación de nuevas instalaciones.

Asimismo, se discutirán fórmulas para controlar el creciente turismo antártico.

«Hay un patrimonio que hay que cuidar porque hay un creciente turismo antártico, se ha multiplicado la cantidad turística que va por aire y por tierra», obligando a más controles, acotó el canciller.

Sobre el reclamo histórico de Chile de tener soberanía sobre una parte del territorio antártico, considerando que es el país que tiene sus fronteras más cerca del continente blanco, Muñoz recordó que su país junto a otros países que reclaman soberanía acordaron congelar sus aspiraciones para asegurar la armonía en la administración de la zona.

Además resaltó que «Chile es partidario en una moratoria en cuanto a la extracción mineral en el continente antártico, un contrapeso para que sea un continente para la exploración científica y no para la explotación».

El Tratado Antártico firmado en Washington en 1959 por 12 Estados, incluidos Chile y Argentina, permite un modelo único de administración de ese territorio.