Taxis sólo para mujeres: ¿Discriminatorios?

Las compañías para transportar exclusivamente a mujeres están teniendo auge, pero también están causando interrogantes legales, principalmente: ¿son discriminatorias?

En Massachusetts, la empresa Chariot for Women promete lanzar un servicio con conductoras que solo recogerán a mujeres y niños. Las choferes incluso tendrán que decir una «contraseña» antes de iniciar el viaje.

Michael Pelletz, ex conductor de Uber, dijo que comenzó la compañía con su esposa, Kelly, como respuesta a los incidentes de choferes acusados de acosar a pasajeras. «Creemos que ofrecer a las mujeres y sus seres queridos tranquilidad no es sólo una obligación de la política pública, también cubre un interés social básico», dijo Pelletz.

En la ciudad de Nueva York, los propietarios de SheRides también prometen un relanzamiento este verano.

Fernando Mateo, quien fundó la compañía con su esposa, Stella, dijo que frenó su lanzamiento planeado en el 2014 después de gastar «decenas de miles» en tarifas legales cuando activistas y choferes hombres amenazaron con demandar. «Nos acusaron de todo tipo de cosas», dijo Mateo.

Cuando vuelva a salir SheHails, las choferes decidirán si aceptan a pasajeros masculinos y las pasajeras decidirán si aceptan conductores hombres.

«El tema de seguridad es muy importante», comenta Rosabeth Moss Kanter, profesora en la Escuela de Comercio de Harvard. «Pero no puedes simplemente discriminar. No puedes rechazar a la gente».

Por el lado laboral, la Ley de Derechos Civiles prohíbe la contratación según género excepto cuando es indispensable.

En las prisiones, por ejemplo, se ha permitido contratar a guardias femeninas en situaciones específicas, pero a la industria aeronáutica se le ordenó en 1971 poner fin a la práctica de contratar sólo a mujeres como aeromozas tras un fallo de la Corte Suprema.

Usuarias de estos servicios entrevistadas por The Associated Press en el área de Boston tienen sentimientos encontrados.

Ashley Barnett, de 24 años de Somerville, dijo que la «intención es buena» pero evita un problema social mayor: la actitud de la gente hacia las mujeres.

Carolina Quintanilla, de 22 años de Boston, dijo que consideraría el servicio de noche, pero incluso entonces no habría garantía de seguridad. «También hay mujeres locas», dijo.