«No hay contacto» con 26 mineros desaparecidos tras explosión en mina rusa

Los rescatistas rusos no pudieron establecer ningún contacto con los 26 mineros desaparecidos, más de 24 horas después de que varias explosiones de grisú provocaron desprendimientos en una mina de carbón cerca de Vorkuta, Rusia, al norte del círculo polar ártico. «Sigue ignorándose la suerte de 26 mineros. Cuatro personas están muertas», declaró el portavoz del comité ruso de investigación, Vladimir Markin, en un comunicado.

Después Tatiana Bushkova, portavoz de la empresa que explota la mina, la sociedad  Vorkutaugol, dijo a la AFP que «no hay contacto» con los mineros. 

  • México: Piden recuperar cuerpos de mineros muertos en 2006

La unidad regional encargada de la gestión de desastres dijo que los equipos de rescate están intentado llegar a donde están los mineros, pero que a las 15H00 GMT no habían logrado ningún contacto. 

«Esperamos un resultado positivo, pero el tiempo se agota», indicó un funcionario local.  

La mina se encuentra a más de 100 km al norte del círculo polar, en Komis.

Conocida por sus condiciones climáticas extremas, Vorkuta fue un gulag por el que pasaron decenas de miles de presos, obligados a trabajar en las minas. Al cerrarse el gulag en los años 50, continuó la explotación minera.

Varias explosiones de grisú provocaron el jueves desprendimientos y un incendio en la mina Severnaia.

«Según las primeras informaciones, el accidente fue provocado por una potente explosión de metano», dijo en un comunicado la sociedad minera. 

En el momento de la explosión había 110 personas en la mina. Ocho trabajadores resultaron con lesiones y cinco siguen hospitalizados. 

En un indicio de la gravedad de la situación, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la creación de una comisión especial para determinar las causas del accidente, la última de una serie de tragedias que han golpeado a la industria local. 

El director del Servicio Federal de Empleo, Vsevolod Vukolov, también fue enviado a la remota región. 

Los accidentes son comunes en Rusia y en otras exrepúblicas soviéticas, donde las instalaciones no han sido modernizadas desde la caída del comunismo.