Tifón deja 2 muertos y pueblos anegados en Filipinas

Ejército, policía y voluntarios civiles se peleaban el lunes para rescatar a cientos de residentes atrapados de sus casas anegadas y de tejados en una provincia del norte de Filipinas afectada por el tifón Koppu, que avanza despacio.

El tifón tocó tierra en la provincia nororiental de Aurora en la madrugad del domingo acompañado de fuetes vientos y lluvias, dejando al menos dos muertos y obligando a más de 16.000 residentes abandonar sus viviendas. Además, nueve provincias quedaron sin electricidad.

Pero tras los primeros problemas, el tifón se debilitó, cercado por la cordillera de la Sierra Madre y una zona de alta presión en el norte de país, así como otro tifón lejano en el este del Pacífico, dijeron meteorólogos gubernamentales.

El lunes por la mañana, Koppu se encontraba sobre la provincial de Ilocos Norte con vientos de 120 kilómetros (74 millas) por hora y rachas de hasta 150 kph (93 mph). Varias de las provincias afectadas, como Nueva Ecija, se vieron anegadas por inundaciones repentinas que elevaron el caudal de los ríos y cayeron en cascada por las montañas, atrapando a residentes en sus viviendas y tejados, dijo Nigel Lontoc de la Oficina de Defensa Civil.

«Hubo varias personas que necesitaron ser rescatadas de los tejados de sus casas», dijo Lontoc a The Associated Press vía telefónica el lunes. «Pero nuestros rescatistas no pudieron penetrar porque las aguas seguían altas».

Centenares de soldados, policías y voluntarios llegaron a Nueva Ecija, una provincia interior arrocera en el corazón de la isla de Luzón, para ayudar a los residentes cuyas viviendas estaban inundadas, dijo Lontoc, agregando que hasta el momento en la zona no se reportaron víctimas mortales.

Erwin Jacinto, un residente de 37 de la localidad de Santa Rosa, en Nueva Ecija, dijo que la inundación convirtió sus tierras de cultivo en «nada más que barro».

Jacinto habló desde lo alto de un puente elevado justo a las afueras de su pueblo, donde docenas de agricultores como él pasaron la noche a la intemperie con sus familias, cerdos y gallinas.

Los vientos de Koppu derribaron árboles y postes eléctricos, dejando nueve provincias sin suministro eléctrico. Las autoridades suspendieron docenas de vuelos y travesías por mar, y muchas ciudades cancelaron las clases el lunes.

Un adolescente murió el domingo al caerle un árbol encima, que también lesionó a cuatro personas y dañó tres casas en el suburbio de Quezon, en Manila. En la ciudad de Subic, en el noroeste de la capital, una pared de concreto colapsó y mató a una mujer de 62 años e hirió a su marido, según funcionarios.

El presidente del país, Benigno Aquino III, y las agencias de respuesta a desastres han advertido que la lluvia y los fuertes vientos de Koppu podrían causar mayores daños debido a su lento desplazamiento. Pero meteorólogos del gobierno dijeron que en algunas zonas, incluyendo Manila, se registraron menos lluvias de las esperadas en un principio aunque los fuertes vientos arrasaron muchas zonas.

Agencias