Planchado de senos, el doloroso acto que sufren las mujeres en África

El Planchado de senos es un acto para las niñas y jóvenes que se ven obligadas a deformar su busto supuestamente para evitar ser acosadas y violadas.

Es el siglo XXI y aún siguen ocurriendo situaciones que dejan en vergüenza a la humanidad. Se sabe que en países del tercer mundo, dominados por su cultura y religión, se practican rituales en desmedro de la mujer. Temas como la igualdad de género, el libre albedrío y una sexualidad sana, no son respetados.

Existe un ritual brutal en África, donde las niñas y jóvenes son las víctimas. Se trata del «breast ironing» o planchado de senos. El objetivo es aplastarlos con piedras calientes para disfrazar los signos de la pubertad. Una práctica que se ha llevado a cabo incluso en niñas de 10 años.

Según la ONU, cerca de 3,8 millones de mujeres han sufrido este terrible acto alrededor del mundo. Se realiza en África occidental y central, especialmente en Nigeria y Camerún. En este último, el 50% de las niñas han tenido que pasar por eso.

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Las madres de estas niñas, en un intento de prevenir el acoso y las violaciones a sus hijas, se han visto obligadas a incurrir a esta horrorosa práctica. Las pequeñas creen que su madre lo hace por su propio bien y lo aceptan en silencio. Queda guardado como un secreto entre ambas, muchas veces sin el conocimiento del padre.

El procedimiento consiste en calentar objetos, tales como cáscaras de coco, piedras, martillos, espátulas y utensilios de cocina para mutilar el tejido mamario. En cambio, en las familias más ricas prefieren utilizar una correa elástica para presionar el pecho.

Este planchado expone a las mujeres a numerosos problemas de salud como quistes, infecciones, fiebre severa y hasta la desaparición completa de uno o ambos senos.

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El llamado «breast ironing» se suma a otra conocida y aberrante práctica: la mutilación genital y circuncisión femenina, que consiste en la remoción de los genitales externos con una cuchilla o navaja, por diversas razones. Una de ellas es controlar o mitigar su sexualidad.

Citando otro terrible ejemplo, en la India existe un castigo para las mujeres violadas. Consiste en que la víctima cargue una roca de 40 kilos sobre su cabeza con el fin de «demostrar su virtud».

Todos estos actos que intentan evitar los abusos sexuales, terminan siendo inútiles. Pues, no por mutilar ciertas zonas femeninas se va a lograr disuadir la actividad sexual.

Se incurre en violaciones a los derechos humanos de las mujeres y niñas. Se les vulnera la salud, seguridad e integridad física a través de tratos inhumanos.

Terminan siendo las víctimas y culpables por el simple hecho de poseer un cuerpo de mujer.

Agencias