Decapitan a policía y matan a pandilleros en El Salvador

La violencia recrudeció en El Salvador con el asesinato de un sargento de la policía que fue decapitado y su cabeza abandonada en la periferia de la capital, mientras que cuatro presuntos pandilleros fueron ejecutados el martes en una zona rural del occidente del país.

La Fiscalía General de la República confirmó el asesinato del sargento Baltazar Olaizola Díaz, que desapareció el lunes cuando salió de licencia y nunca llegó a su casa.

Las autoridades reportaron el hallazgo de la cabeza del sargento de la policía junto con un carné de identificación dentro de una mochila que fue abandonada en la carretera de Oro, en el municipio de Apopa, en la periferia norte de la capital.

Unidades de la policía realizaron un rastreo por la zona pero no encontraron el resto del cuerpo.

El director de la Policía, comisionado Mauricio Ramírez Landaverde, confirmó la identidad de la víctima y prometió que este nuevo asesinato «no va a quedar en la impunidad».

«Presumimos que él fue privado de libertad ayer mismo (lunes) y que en horas de la noche o en la madrugada el cráneo fue lanzado en ese lugar. No hemos encontrado aún el resto del cuerpo, pero ya estamos investigando este hecho condenable y llevado a cabo con características execrables», expresó a periodistas luego de participar en un acto público.

Las pandillas han asesinado desde enero a 52 policías, a un mecánico de esa fuerza, a 15 militares, a seis guardias de centros penales y a un fiscal. En 2014 fueron asesinados 39 policías, en su mayoría cuando se encontraban de licencia.

En otro hecho de violencia, cuatro presuntos pandilleros, entre ellos una mujer, fueron asesinados en una zona rural del municipio de Santa Ana, a unos 56 kilómetros al oeste de la capital salvadoreña. Los cuerpos fueron abandonados cerca de una carretera y según la información de la policía los tres hombres estaban amarrados de pies y manos y tenían tatuajes presuntamente alusivos a las pandillas.

Según el informe de las autoridades los cadáveres no presentaban señales visibles de heridas de bala o de armas contundentes y se presume que fueron estrangulados.

 

SAN SALVADOR, El Salvador (AP)