Avión Solar Impulse 2 aterriza en Japón por condiciones meteorológicas

Un aeropuerto de Nagoya, en el centro de Japón, se prepara el lunes por la noche a recibir el revolucionario avión Solar Impulse 2, que salió de China hacia el Pacífico pero debe interrumpir su vuelo a Hawai debido las malas condiciones meteorológicas.

El aparato prevé posarse en Nagoya hacia las 14H00 GMT (23H00 locales), según las informaciones proporcionadas por los organizadores en el sitio internet dedicado a este programa.

«En ruta hacia Nagoya, decepcionado de no poder proseguir, pero lleno de agradecimiento hacia las autoridades japonesas por su apoyo» escribió en su cuenta Twitter el piloto suizo del avión, André Borschberg.

«Las condiciones meteorológicas se deterioraron. ¡Hemos decidido llevar a cabo un aterrizaje intermedio en Nagoya!», habían anunciado previamente en Twitter los organizadores de la expedición.

El próximo aterrizaje fue confirmado por Bertrand Piccard, el segundo piloto del avión que se alterna con Borschberg. «Vamos a esperar una mejora de las condiciones para seguir el viaje», declaró Piccard.

AVION SOLAR

Las malas condiciones climáticas (un frente nuboso) fueron identificadas a miles de kilómetros de la posición actual del avión.

Este contratiempo no parece haber desmoralizado a Borschberg. «Me encuentro en la mejor situación posible: tengo un avión fantástico y lleno de energía», tuiteó el piloto de 62 años.

El Solar Impulse 2 despegó el domingo a las 02H39 (18H39 GMT del sábado) de Nankín (este de China) para cubrir la etapa más peligrosa de su vuelta al mundo, en la que el suizo debía pilotar en solitario durante seis días y seis noches.

El vuelo ya había sido aplazado varias veces debido al mal tiempo y desde el 21 de abril estaba bloqueado en Nankín.

Gracias a sus alas recubiertas con más de 17.000 células fotovoltaicas, el aparato intentará dar una vuelta al mundo destinada a promover el uso de las energías renovables, sobre todo la solar.

Ya ha hecho escala en Omán, India, Birmania y China.

Nagoya, Japón | AFP