Podcast: The Midnight Gospel, un experimento exitoso de Netflix

nicaragua

La experimentación cuando es bastante osada puede generar únicamente dos resultados: una genialidad o un total desastre. The Midnight Gospel está más cerca de lo primero que de lo segundo, pero en definitiva que no está hecho para grandes audiencias.

 

Es un programa original de Netflix que consta de ocho episodios, en lo cual vemos una historia animada de Clancy Gilroy, un "spacecaster" (un podcaster del espacio), que a través de una extraña máquina logra introducirse a distintos planetas en donde logra hacer entrevistas únicas, introspectivas, profundas, filosóficas y de alto valor humano a personajes sumamente extraños.

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La producción es una combinación de dos mundos muy de moda en el mundo del entretenimiento, que es la animación para adultos y los podcasts.

Voces profundas + Visuales psicodélicos

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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La consistencia de un show tan raro como este, con episodios que rondan los 25 a 30 minutos de duración, es que fusionan planetas con situaciones caóticas mientras se desarrolla una conversación que viaja por las religiones, la magia, el existencialismo, la razón del ser y el control (o falta de) con respecto a la muerte.

Esto se logra cuando parte de episodios reales del podcast Duncan Trusell Family Hour, del comediante Duncan Trussell, se mezclan con la animación sumamente esotérica de Pendleton Ward, genio animador e ilustrador que nos ha dejado trabajos como Hora de la Aventura.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Fue el propio Ward que contactó a Duncan para hacer este muy raro experimento, en que ambos son productores ejecutivos, y con lo cual proponen a la audiencia temáticas a como nunca se han abordado antes en una serie animada. 

La gracia es cómo se van fusionando secuencias con muchísimos gags visuales con la plática que en realidad se hizo en otro tiempo y lugar. Esto provoca que existan dos ritmos; el de la plática en sí y otro que va a alta velocidad que son las imágenes. A como dije antes, no es para todos, pero si lo podés experimentar con la mente abierta, no te vas a arrepentir.