Peppa Pig, censurada y acusada de “subversiva”

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Cuesta imaginar que Peppa Pig, el famoso personaje de dibujos animados cuyas andanzas triunfan en todo el mundo, pueda ser acusada de incitar a la subversión. Pero alguien sí lo cree en China, a raíz de la súbita retirada el pasado fin de semana de todo el contenido relacionado con este personaje en la plataforma de vídeos cortos Douyin, que funciona de forma similar a Snapchat.

Peppa Pig se ha convertido en un icono no solamente para los más pequeños, sino también para muchos jóvenes, algo que preocupa a las autoridades de un país obsesionado con tener el control absoluto sobre las redes sociales.

 

La plataforma Douyin ha eliminado hasta 30,000 vídeos cortos vinculados directa o indirectamente a la encantadora cerdita. Por las redes sociales chinas se compartió un documento de la empresa, a priori interno, que incluía a Peppa Pig en una lista de contenidos prohibidos. El personaje se situó al mismo nivel que los desnudos, las armas de fuego o los cultos religiosos. La medida dejó a muchos internautas asombrados.

Peppa Pig es enormemente popular en China. Sus episodios se emiten a través del canal para niños de la televisión estatal CCTV desde 2015, y sus historias en las principales plataformas de vídeo han sido reproducidas 13,400 millones de veces (una media de casi 10 visualizaciones por cada ciudadano del país). El problema no radica tanto en el contenido en sí de esta serie animada —aunque ha habido algunas polémicas con padres hipersensibles—, sino en el uso que hacen del personaje algunos internautas, ya adultos, en las redes sociales.

La fiebre comenzó el año pasado con muchos jóvenes compartiendo imágenes en Internet con artículos relacionados con la famosa cerdita como juguetes, alimentos, prendas de vestir o tatuajes de quita y pon. Varios personajes famosos hicieron lo propio, lo que a su vez inspiró a muchos otros. Peppa Pig fue también protagonista de innumerables memes y bromas en las redes sociales generados por los usuarios, incluido mucho humor negro.

 

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De repente se convirtió, según el periódico local Global Times, en un icono asociado a los “shehuiren”, literalmente “persona de la sociedad”, una expresión que tiene una clara connotación negativa en el país al estar ligada al crimen organizado, a individuos con poca educación y sin un trabajo estable o a gente que simplemente va a contracorriente. Muchos jóvenes han acogido a Peppa Pig, en su versión más gamberra, como una vía de escape ante la enorme presión a la que están sometidos en una sociedad cada vez más competitiva.

“Se les considera unos vagos ingobernables y la antítesis de las jóvenes generaciones que el Partido Comunista espera cultivar”, dice el periódico sobre este colectivo. “Después de que Peppa Pig comenzara a tomar este matiz subversivo, algunos expertos dicen que la popularidad de esta serie animada entre los adultos revela una psicología social basada en una sed de novedades, de sátira y de suplantación de identidad que podría potencialmente obstaculizar elementos positivos de la sociedad china”, continúa el texto.

En un movimiento similar, aunque quizás más aparente dentro de la lógica de las autoridades, los censores prohibieron hace unas semanas los símbolos, comportamientos y letras provocativas en las canciones de hip-hop. Las autoridades han intensificado en los últimos meses una campaña para aplacar cualquier contenido online que refleje ideas a su juicio ilegales, que induzcan a la disidencia o muestren un descontento con el statu quo. En varias ocasiones, entre 2013 y 2017, los censores también han bloqueado imágenes y mensajes relacionados con el oso Winnie The Pooh, célebre personaje de la literatura infantil, ya que muchos usuarios destacaban en la Red el parecido físico del personaje con Xi Jinping, para mofase del presidente chino.

 

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Por ahora Douyin es la única plataforma que ha bloqueado los contenidos generados por los usuarios relacionados con Peppa Pig. La decisión, si no una orden impuesta directamente por los censores, podría ser una forma de evitarse problemas en un futuro. La empresa propietaria, Bytedance, ha sufrido en las últimas semanas numerosos reveses por parte de los reguladores. Su agregador de noticias, Toutiao, fue eliminado de las tiendas de aplicaciones del país durante tres semanas como castigo por haber almacenado “contenido inapropiado”.

Otra de sus plataformas, dedicada al intercambio de chistes y memes, fue obligada a cerrar. La empresa, que pidió perdón por estos episodios, prometió contratar a 4,000 nuevos empleados que ejercerán de censores del contenido editorial, principalmente del que generen los usuarios. Con estos, Bytedance tendrá a 10,000 personas controlando qué puede compartirse y qué no con tal exceso de celo que ni siquiera Peppa Pig pasará el filtro.

 

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