Los microbios del estómago de las vacas pueden destruir plástico, según estudio

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Los microbios extraídos de los estómagos de las vacas pueden engullir ciertos tipos de plástico; incluido el tereftalato de polietileno (PET) utilizado en las botellas de refrescos, los envases de alimentos y los tejidos sintéticos.

Descubrimiento de microbios

Los científicos descubrieron estos microbios en los estómagos de las vacas, donde ayudan a descomponer su dieta de vegetación gruesa. Lo hacen digiriendo o fermentando los alimentos consumidos por una vaca u otro rumiante.

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Se decantaron por meterse en los estómagos de las vacas porque sospecharon que algunos de los microbios que contienen deben ser capaces de digerir poliésteres; sustancias cuyas moléculas componentes están unidas por los llamados grupos de ésteres.

Esto se debe a que; debido a su dieta herbívora, las vacas consumen un poliéster natural producido por las plantas llamado cutina, explicó la autora del estudio

En concreto, una clase de enzimas llamadas cutinasas pueden hidrolizar la cutina, es decir, poner en marcha una reacción química en la que las moléculas de agua descomponen la sustancia. Ribitsch y sus colegas ya habían aislado este tipo de enzimas a partir de microbios y se dieron cuenta de que las vacas podían ser una fuente de bichos similares que comían poliéster. Así informó Mundo.Sputniknews

Estómago de las vacas

Para evaluar la capacidad de comer plástico que tienen estos microbios procedentes del estómago de las vacas, el equipo incubó cada tipo de plástico en el líquido del rumen de vaca durante uno o tres días. Así pudieron medir los subproductos liberados por los plásticos; para determinar si los bichos degradaban los materiales en sus componentes y en qué medida lo hacían.

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También fueron detectadas grandes cantidades de las bacterias del género Acinetobacter; y en su caso también se demostró que algunas de las especies de este género descomponen los poliésteres sintéticos.

De cara al futuro; Ribitsch y su equipo quieren caracterizar completamente las bacterias que comen plástico en el líquido del rumen y determinar qué enzimas específicas utilizan las bacterias para descomponer los plásticos.

Estas enzimas podrían ser útiles para el reciclaje y sería posible diseñar genéticamente microbios que produzcan esas enzimas en grandes cantidades para no recurrir a los estómagos de vacas para obtenerlos.